Lic. Alberto Mojica Mojica

Futurismo político, elecciones 2015 en guerrero
Lo que es la vida: los puestos públicos no son eternos y pasan más rápido de lo que quisieran los políticos; ellos quisieran perpetuarse en el poder: la presidencia de la República, gubernaturas, senadurías, diputaciones, presidencias municipales u otros cargos, pero gracias a Dios terminan su mandato y se dan los cambios, porque no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante.
Ya estamos a solo dos años de que oficialmente comiencen las guerras por las posiciones políticas en el estado, y digo “oficialmente” porque en realidad ya empezaron.
Según se ven las cosas, es muy probable que los escenarios para el relevo de gobernador y de presidente municipal de Acapulco en el 2015 se parezcan mucho al que se configuró en el 2008 en el ámbito municipal, que posibilitó el regreso a la alcaldía de Acapulco de esa calamidad llamada Manuel Añorve Baños.
Como se recordará, en aquel año, el entonces gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo –a quien ya el poder había cegado y había hecho aflorar un autoritarismo que antes tuvo muy bien escondido–, decidió que la candidata del PRD a presidenta municipal sería su amiga Gloria Sierra López y nadie más. Y no importaba que ella no fuera precisamente la más popular de todas las opciones del partido del sol azteca o de toda la izquierda. Ésa era su decisión y punto.
No falta quien asegure que, en realidad, no se trataba de un simple capricho del entonces gobernador, sino que al imponer a Gloria Sierra cumplía su parte en un pacto conspirativo que hizo con su amigo el cacique mayor de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, para desempolvar a Manuel Añorve y, cual pieza de ajedrez, colocarlo en una posición que fuera útil al mandamás de Huitzuco, pues a fin de cuentas el ometepequense no es más que eso: un instrumento del barón del poder.
Entre paréntesis, esta teoría de la conspiración entre Figueroa y Torreblanca se vería reforzada dos años después, en el 2010, cuando el mandatario se empecinó en que el candidato del PRD a gobernador fuera Armando Ríos Piter, un joven carismático y bien preparado en el terreno académico, pero sin las tablas suficientes para hacer frente en campaña al malévolo Añorve Baños y a toda la jauría priista que lo acompañaría.
La intención era, por supuesto, que Añorve Baños se alzara con la gubernatura y desde esa posición pusiera el gobierno todo al servicio de Don Rubén, como había sido hasta entonces.
Pero en este segundo intento, ambos, Figueroa y Torreblanca, se chucharon un ojo –como dicen en la Costa Chica–, pues no contaron con el elemento Aguirre, un político exitoso en el terreno electoral, que decidió dejar el PRI a condición de que la izquierda unida lo postulara como candidato a gobernador. Así perdieron ellos y su alfil.
Pero, más allá de esta teoría de conspiración, que puede ser verdad o no, está el hecho concreto de que los posibles competidores de las próximas contiendas para gobernador y alcalde ya están definidos. Por la izquierda: Luis Walton Aburto, quien como presidente del municipio más rico –o menos pobre, como usted quiera– y más poblado de Guerrero tiene ante sí la oportunidad de aumentar su popularidad y extenderla allende las fronteras de la demarcación a su cargo; el senador Armando Ríos Piter, quien como diputado federal demostró que sabe moverse en la más alta tribuna del país, a más de ser carismático y tener una esmerada preparación académica, y el senador Sofío Ramírez Hernández, cuya valía se centra casi exclusivamente en ser hombre de confianza del gobernador Aguirre. Por el PRI: Claudia Ruiz Massieu Salinas, quien no tiene manchas notables en su expediente –¿será porque casi no tiene expediente?– y, en cambio, posee preparación académica y ha demostrado inteligencia y perspicacia, y Mario Moreno Arcos, político experimentado y veterano de muchas batallas que sabe caminar en el filo de la navaja. Todos ellos para jefe del Ejecutivo.
Con sólo ver esta lista se puede deducir que el riesgo de división está, como siempre, en la izquierda:
Walton puede decir que tiene en el bolsillo la bendición de Andrés Manuel López Obrador, en correspondencia a la fidelidad y la lealtad que le ha mostrado en su lucha por limpiar la elección presidencial.
Ríos Piter, por su parte, cuenta con el respaldo de los sectores moderados del PRD –los Chuchos, les llaman despectivamente los lopezobradoristas–, destacadamente de Marcelo Ebrard Casaubón, para entonces ex jefe de Gobierno del DF y figura de peso en la política nacional.
Sofío, por su parte... con la pena, pero no tiene posibilidades, pues no tiene el perfil, ni el porte, ni las tablas, y así no le bastará el apoyo de Aguirre, por muy gobernador que sea.
Ahora, en el ámbito municipal, seguramente el mandatario querrá que el candidato de la izquierda unida sea su hijo Angelito, pero también es muy probable que el Movimiento Ciudadano decida postular al empresario y político Víctor Jorrín Lozano, con todo derecho, pues es uno de sus fundadores y financiadores en la entidad.
Ambos, pero particularmente el gobernador, tendrían que enfrentar a David Jiménez Rumbo, Félix Salgado Macedonio, Alberto Lopez Rosas, Ramón Almonte Borja, Adela Román Ocampo, el lucrador social Evodio Velázquez Aguirre y otros perredistas fuertes que tienen muchos intereses en este puerto.
Si la izquierda no logra ponerse de acuerdo ante este abanico de posibilidades, estaría dejando la puerta abierta, otra vez, al PRI, que para entonces seguramente contará con el respaldo de la presidencia de la República, lo cual lo hará más efectivo de lo que ya es en eso de recuperar terreno perdido.
El PRD, en particular, al igual que cuando Zeferino Torreblanca impuso a Gloria Sierra, puede caer al tercer lugar de las preferencias electorales. Y si no, al tiempo lo sabremos!
Lic. Alberto Mojica Mojica
albertomojicamojica@hotmail.com

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