ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
Los patrioteros, acabaron con el patriotismo.

“Doloroso es perder la patria, más doloroso temer esta desgracia, y dolorosísimo los dos infortunios juntos”   -Séneca- El respeto por nuestros símbolos patrios se impone, así como el homenaje a nuestros protomártires de la Independencia que nos legaron una Patria libre, donde todos los mexicanos tenemos el derecho de convivir y rechazar imposturas ideológicas para aplicar modelos de una estructura colonial basada en la dominación y el control total de los derechos de los mexicas.
El respeto a la bandera, nuestro himno nacional, han sido ferozmente resguardados por el heroico ejército mexicano. Han logrado que esos elementos de la patria, se conserven incólumes, indemnes a salvo.
La ex presidenta de Argentina Evita Perón, dijo: “La patria no es patrimonio de ninguna fuerza. La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia. Las fuerzas armadas sirven a la patria sirviendo al pueblo”
Lamentablemente los funcionarios que están para servir al pueblo, se han mofado de esos símbolos, al cambiar el sentido de la conmemoración para festejar la obviedad de lo insípido. Tal es el caso, del 20 de Noviembre que se festeja el día del triunfo de la Revolución mexicana de 1910; pero se cambió por un desfile deportivo, más para exhibir a nuestras jovencitas estudiantes en trajes cortos, que en respetar y honrar realmente a los hombres de patria, como lo fueron Madero y Pino Suárez.
No es motivo de compartición de alegría de una sociedad que es engañada, vilipendiada, robada, malversada y asaltada, faltándole el respeto al convocar a la sociedad esa misma que ha sido engañada a la celebración del 15 de septiembre, para honrar a hombres y mujeres independencistas. Estos que hacen un llamado a una “fiesta”; cuando en  si se comportaron de manera contraria a quienes piden les den tributo.
Ante una inseguridad incontrolable, lo mejor es optar por permanecer en sus hogares, celebrando con los amigos y familiares, esa fecha significativa. No se puede, convivir con patrioteros, que lesionan la moral y las buenas costumbres, con sus malas mañas.
México requiere de ciudadanos comprometidos con su país, implicados en normas de conductas honestas y honradas en el servicio gubernamental. Son momentos para lograr compactar un solo ideal  lograr una mejor sociedad de calidad de educación, de vida, de empleo. No se puede tener un país saturado de ladrones, de vende patrias, de falsos redentores, de políticas públicas carroñeras; pues esos son los patrioteros, que han acabado con el patriotismo de México.
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