Saqueo y destrucción del medio rural, balance del sexenio de Calderón, acusa Sebastián de la Rosa

Ciudad de México.- Hoy en día, mientras millones de pequeños productores sobreviven endeudados y en la ruina, 10 grandes empresas agroalimentarias lo acaparan todo: producción, comercialización, semillas, créditos, transporte, infraestructura básica, tecnología, y hasta  los subsidios con  recursos públicos van a parar en manos de estas grandes empresas agroalimentarias, por lo que el balance de este modelo y de este sexenio, se puede decir que es de “saqueo y destrucción del medio rural”, acusó el diputado Sebastián de la Rosa Peláez ante el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Mayorga Castañeda, quien compareció ante las Comisiones Unidas de Agricultura, Sistemas de Riego, Pesca, Ganadería y Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados, como parte de la glosa del Sexto Informe de Gobierno de Felipe Calderón.

De la Rosa Peláez estuvo a cargo del posicionamiento de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, donde detalló que en 2011, MASECA recibió de subsidio 292 millones 368 mil pesos; Bachoco, 267 millones 169 mil pesos; Cargill, 224 millones 920  pesos; Gradesa 213 millones 825 mil pesos; Grupo GAMESA 104 millones 049 mil pesos.
En resumen, dijo, las diez más grandes empresas de los agronegocios en México se llevaron, tan sólo en 2011 y según los datos oficiales, 1,411 millones de pesos en subsidios.
“Esta forma de distribuir el presupuesto para el campo no sería problema si los medianos y pequeños productores del sur y sureste del país, contaran con los apoyos suficientes, pero por desfortuna, no ha sido así”, reprochó.
Luego machacó los contundentes números que en el mes de septiembre pasado dio a conocer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de que entre 2006 y 2010 la población mexicana que vive en pobreza extrema y moderada, pasó del 35% al 46%, lo que equivale a 52 millones de personas pobres; en el medio rural, con una población actual de 27 millones, 18 millones carecen de la canasta básica, y que más del 50% de esta población son niñas y niños.
Sin embargo, especificó que esta es la media nacional, porque si nos vamos a los estados más pobres del país como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, encontramos que entre el 70 y el 75 % de la población vive en la pobreza, y que de los 34 países más ricos del mundo, México ocupa el primer lugar en  desigualdad de distribución del ingreso y en distorsión del desarrollo  regional.
Estados ricos en el norte; estados muy pobres en el sur
Esta realidad, continuó De la Rosa, es el resultado de un modelo productivo que los gobiernos del PRI y del PAN pusieron en marcha y que provocó el  desequilibrio en  el desarrollo regional del país, concentrando la riqueza en el norte y la pobreza en los estados del sur-sureste.
Recordó que desde la década de los 40’s así fue, cuando el sur-sureste se vio  como el proveedor de las materias primas para el desarrollo industrial del centro y norte del país.
Ese mismo modelo de privilegiar al norte olvidando al sur, lamentó, es el que sigue imperando, para lo que dio unas cifras: del presupuesto orientado a la producción  de los programas de Sagarpa,  Tamaulipas recibe el 15% del total de esos recursos; el estado de Guerrero recibe el 1%, Oaxaca el 1.1% y Chiapas el 1.5%. En resumen, del presupuesto de los programas de Sagarhpa, el 67% fue para ochoestados del norte, mientras que apenas 16% fue para 15 estados del centro y sur del país.
Acusó que al concentrar los apoyos para la producción en los estados más ricos,  y particularmente en las tierras de riego,  se abandona todo el potencial productivo de la región sur-sureste del país.
Mencionó que estudios de investigadores serios e independientes aseguran que, si apoyamos con proyectos integrales el potencial en el sur-sureste, sin ampliar la frontera agrícola, en 10 o 15 años se podrían añadir otros 24 millones de toneladas de maíz, a los 23 millones que hoy producimos, con lo cual obtendríamos la autosuficiencia en este grano, en lugar de seguir importando como hoy ocurre.
El diputado perredista acusó también que la balanza comercial agropecuaria es otro de los fracasos del presidente Calderón, ya que en el sexenio se importaron alimentos por más de 60 mil millones de dólares; se duplicaron las compras de maíz, trigo, soya y frijol, y entre 2007 y 2012 las adquisiciones fueron 65.5% superiores a las del sexenio anterior, según las cifras oficiales. “Es decir, que la balanza comercial agropecuaria profundizó su desequilibrio en un 160%”, remarcó.
La alimentación de los mexicanos depende de las importaciones y de las trasnacionales, reprochó de nueva cuenta el diputado, quien funge como secretario de la Comisión de Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados. “Es una falacia decir como lo hace la Sagarpa, que México cuenta con seguridad alimentaria, cuando importamos en promedio el 50% de los 4 granos básicos mas importantes para país”, manifestó contundente.
Recordó que este modelo de explotación no se impuso sin lucha, que la mayoría de la población rural ha manifestado su resistencia,a lo largo de los últimos 30 años, han protagonizado luchas y movilizaciones históricas contra estas políticas y las arbitrariedades que conllevan, y que esos miles de movimientos y organizaciones agrarias y campesinas reprimidas, mujeres y hombres encarcelados, perseguidos y asesinados, son parte del “balance negativo de este modelo y de  este sexenio de saqueo y destrucción del medio rural”.
“A 30 años de la aplicación de estas políticas en México, tenemos un desarrollo del campo desequilibrado, devastado, descapitalizado, sin empleos, sin  crecimiento económico,  con una población disminuida, hambrienta, emigrando  a los Estados Unidos, y algo peor: sirviendo de carne de cañón al crimen organizado; mientras por otro lado, unas cuántas grandes empresas agroalimentarias, monopolizan los recursos estratégicos del sector y controlan la seguridad alimentaria de los mexicanos. “Todos los objetivos y metas de los programas agropecuarios del sexenio  se derrumbaron”, consideró. 
“Pero seguiremos luchando y resistiendo hasta que logremos un modelo agropecuario y forestal con equilibrios regionales, comprometido con el desarrollo sustentable, con la soberanía alimentaria basada en la reserva alimentaria estratégica producida en nuestros campos y apoyado en los pequeños y medianos productores del país”, concluyó el legislador guerrerense.

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