TUMBANDO CAÑA

Por Juan Antelmo García Castro
Asume liderazgo del partido tricolor Enrique Peña Nieto

El pasado fin de semana, Enrique Peña Nieto, presidente de México, asumió liderazgo real del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una asamblea nacional en la que advirtió que durante su administración “no habrá intocables”, en clara referencia a la maestra en desgracia, Elba Esther Gordillo Morales…”No hay intereses intocables. El único interés que protegeré es el interés nacional”, tronó la voz del mandatario nacional en la XXI Asamblea Nacional del PRI, y de inmediato se soltaron los comentarios en torno a la reciente detención de quien regenteó durante casi 24 años al poderoso sindicato que concentra a 1 millón 400 mil trabajadores de la educación…
Para convencer al pueblo de México de que efectivamente va en serio contra los “intocables”, Peña Nieto tiene que considerar también ordenar la aprehensión y encarcelamiento del influyente político priista y líder del sindicato de Pemex, Carlos Romero Deschamps, que ha sido señalado en medios mexicanos por condenables lujos insultantes de los que goza junto a sus hijos, con dinero de los trabajadores de PEMEX.
Algo chusco de políticos, para que sonría
El siguiente es un chiste muy bueno sobre un ejemplar y patriota político, que me envió mi querido compaíto José Luis García El Pochunco: Un día, mientras caminaba por la calle, un dirigente de un importante partido político es trágicamente atropellado por un camión y muere. Su alma llega al paraíso (se cree que por un error) y se encuentra en la entrada a San Pedro en persona.
- Bienvenido al paraíso. - le dice San Pedro- Antes de que te acomodes, parece que hay un problema.- Verás, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros  de qué hacer contigo.
Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde pasar la eternidad. Y con esto San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja y baja hasta el infierno.  Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf.
A lo lejos se ve un club y de pie, delante de él, están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y  muy contentos.
Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo.
Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en  el club con langosta y caviar. Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas. Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se está divirtiendo tanto que, antes de que se de cuenta, es ya hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor. El ascensor sube, sube, sube y se reabre la puerta del Paraíso donde San Pedro lo está esperando.
Ahora es el momento de pasar al paraíso,- le dice. Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube en nube, tocando el arpa y cantando.
Antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo. -Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad. - Le indica San Pedro.
El Hombre reflexiona un momento y luego responde:  - Bueno, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el  infierno. Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja y baja hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de estiércol y desperdicios.
Ve a todos sus amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello. -No entiendo, -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club; comimos langosta y caviar, y bailamos y nos divertimos mucho.... y...y...ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías..., y mis amigos parecen unos miserables, agrega.
El diablo lo mira, sonríe y dice: Ayer estábamos en campaña. Hoy... ya votaste por nosotros, así que bienvenido al infierno.

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