ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

Por  Jorge Luis Falcón Arévalo*
Manifiesto Sierreño

“Los últimos años de la vida se asemejan al final de un baile de máscaras en que se dejan caer las caretas” -Arthur Schopenhauer,-
De la guerrilla y los falsos redentores. Cuando los pueblos reconocen sus derechos y sus deberes, ante la opresión de la oligarquía, se rebelan. En México, brotan muchos grupos llamados de “guerrilla” y, buscan irse a la selva o la sierra, lo que les quede más cerca. Desconociendo que existen aparatos detectores que se usan en la localización de pozos petroleros o minas, que descubren yacimientos entre cinco y seis kilómetros del subsuelos.
¿Cómo no habrán de encontrar a éstas personas que se cobijan en una palmera, un platanar o debajo de la mota, con el uso de esa alta tecnología? Otros en el mismo México, imitan a los hombres que empuñaron armas en actos de fe, pero sucumbieron, sin lograr concretar su sueño; mucho menos dejar constancia de sus logros en pos de ese sueño “libertario”. Los más, cuenteros y apostatas,  piratean hechos y frases de esos “luchadores” y pretenden manipular a  jóvenes encaminándolos a la rebelión ficticia e inexistente. Manoseando de manera perversa a esas mentes llenas de ilusiones; y, desvirtuándolos en caminos del pandillerismo, el terrorismo, y la violencia ciega. Lumumba, emprendió su lucha sin imitar a nadie; lo mismo Mao, Ché Guevara. Luego entonces, por qué desde las Universidades no se da lustre a la academia y dejar a un lado el falso heroísmo.
Y como en todo momento, esos manipuladores, son los delatores. ¿Cuántos chivatos, quedaron después de la muerte de Lucio Cabañas, Ernesto Guevara o Martin Luther King? Los que acompañaron a estos personajes, nadie osó usar el arma, la palabra u otra herramienta para lograr los objetivos del extinto. Pero, eso sí, se han beneficiado. ¿Y, que han aportado a sus lugares de nacimiento, todos esos “herederos” y lucradores?
Atoyac de Álvarez, Cuna del dolor.
Desde diversas escuelas existen maestros que son dados a la manipulación del núcleo estudiantil, para sus fines aviesos, mal intencionado y revoltosos. El caso la Escuela Preparatoria No. 22 dependiente de la Universidad Autónoma de Guerrero. Ex estudiantes, hoy hombres y mujeres trabajadores allende las fronteras mexicanas, recuerdan esa casa de estudios en su tierra cafetera. Pero, también, observan la evolución que ha sostenido en estos últimos años, donde ha imperado más el maestro siniestro e infame, que el dador de la academia, como factor de calidad estudiantil y factor de desarrollo.
La escuela desde hace unos diez años, ha mantenido una involución, donde ha predominado el canjeo de calificaciones, los favores sexuales, el trueque de movimientos de pandillas y turbas para desplazar a maestros o maestras a modo de los grupos pendencieros de siempre. La agresividad como forma de mantener fueros y canonjías; pero eso sí, de llamados hombres y mujeres de izquierda; una izquierda que les ha dejado buenos dividendos, como condominios, autos, cartera abultada, nóminas gubernamentales y plazas para hijos de maestros y maestras sin contar con el perfil requerido. Es decir, la Preparatoria No.22, ha servido; sus estudiantes como carne de cañón y un lugar para lucrar, especular y sacar tajada de lograr que los estudiantes en vez de alcanzar calidad académica, sean un dígito más de alumnos sin preparación educativa.
La caterva del profesorado, usted puede identificarla, vea y califique a los mentores que allí imparten sus materias formativas. Algunos educadores, sin el perfil pedagógico; pero sí, demagogos, agitadores,  alborotadores y  turbulentos.
El caso se muestra, donde infinidad de padres de familias de esta comarca cafetalera, prefieren enviar a sus hijos e hijas a escuelas de ese nivel a San Jerónimo de Juárez y Tecpan de Galeana.
Ante ello, los jóvenes, tienen, por obligación biológica y social,  que abrir los ojos ante tanto farsante.

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