OPINIÓN

Por Manuel Tello Zapata
CAMBIO DE ESTRATEGIAS
Cuando todo parecía indicar que el Estado de Guerrero se iba a meter en una zona de turbulencia muy profunda, por la aparición de las fuerzas de autodefensa en ocho comunidades de Chilpancingo, amenazando con tomar la capital del Estado confundidos con una gran masa de organizaciones sociales, el Gobernador del Estado Ángel Aguirre Rivero, inició una nueva estrategia de trabajo que suaviza por si misma las tensiones sociales.
Existen un grupo de organizaciones que hacen vida pública en Guerrero como la Asamblea Popular de Pueblos de Guerrero (APPG); Frente Único Estatal de Representantes Sindicales Autónomos (FUERZA); Movimiento Popular Guerrerense (MPG); y la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG).
Estos grupos acostumbran exigir a piedrazo limpio, mediante movilizaciones, bloqueos y plantones, la solución a sus demandas, aún si estas no son reales o viables de ser cumplidas por razones presupuestarias. Sin embargo, el Gobernador ha cambiado la mecánica de relación entre estos grupos y el Gobierno estatal, recibiendo personalmente a los líderes de estas organizaciones, para escuchar sus demandas y plantear fórmulas de solución a estas.
El Gobernador no asume esta actitud por hipocresía política o por querer parar las cosas de forma momentánea, sino como algo que debe sentar precedentes. El encuentro con cada una de las organizaciones fue sumamente cordial y se encontraron soluciones a las demandas justas. Como un primer resultado: a petición de la APPO, Aguirre Rivero se reunió con el Secretario federal del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, y juntos escucharon a los líderes del sindicato de Mineros de Taxco.
De esta forma se podrá terminar con una huelga que ha durado ya seis largos años, dejando un serio problema económico en la colonial ciudad. Los mismos dirigentes de las organizaciones reconocieron al Gobernador por su trato serio y atento, bien dispuesto al diálogo, para encontrar soluciones a las demandas justas que ellos abanderan.
En este mismo tenor, el Secretario General de Gobierno Jesús Martínez Garnelo atiende por su parte a otras organizaciones como lo hizo al inicio de esta semana con el Movimiento Antorchista Nacional, que es una de las más radicales a la hora de exigir cumplimiento a sus demandas y lo hace casi siempre de grado o por fuerza.
Con Martínez Garnelo, que goza de toda la confianza de su jefe Aguirre Rivero, Antorcha Campesina encontró un campo fértil para una negociación positiva que arroje resultados a sus demandas justas. El Secretario General de Gobierno también se reunió con el diputado federal perredista Sebastián de la Rosa Peláez, con quien acordó estrategias para reubicar a los damnificados de Omitlán, municipio Juan R. Escudero.
De esta forma, en el Estado de Guerrero se avizoran cambios importantes en la forma de hacer política. Las organizaciones ya no tendrán pretextos para hacer vandalismo callejero, porque se están acordando métodos de diálogo eficiente y oportuno. Si algunos suponían que la mezcla de estos grupos con las fuerzas campesinas de autodefensa, eran la mecha para prender un bombazo en Guerrero, se van a quedar con las ganas.

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