MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** ¿Qué deja el proceso electoral de la UAGro?
Si bien es cierto, en los últimos meses la Universidad Autónoma de Guerrero, por sus siglas UAGro, se ha distinguido por el buen paso que lleva y por el proceso de transformación que encabeza su rector, Javier Saldaña Almazán, el proceso electoral para renovar directores de las diferentes unidades académicas, desnuda que aún existen tareas pendientes por realizar.

Así es. Los hechos hablan de un periodo de cambios en la máxima casa de estudios de Guerrero.
Hoy la universidad es noticia por sus logros en las áreas de la investigación, academia, cultura y deporte. El rector impulsa con vigor el mejoramiento de la infraestructura, la diversificación de la oferta educativa con perfiles adecuados a lo que se necesita en el estado y se abren más oportunidades para los jóvenes universitarios.

Todo eso habla del proceso de transformación que vive la UAGro. Se ha desterrado la imagen de grilla y movilizaciones, pasando a una etapa de trabajo, dialogo y acuerdos. La popularidad positiva que trae el rector habla por sí sola, de lo que se palpa hacia el exterior de la universidad. No olvidar, que a Javier Saldaña se le menciona inclusive dentro de los posibles aspirantes a la próxima gubernatura.
El asunto es, que el proceso electoral para elegir a los nuevos directores de las unidades académicas, desnuda y muestra que aún hacen falta muchas cosas por hacer. Especialmente, cuando el rector se planteó un reto enorme, al establecer que su deseo es hacer de la universidad, una universidad de la que se sientan orgullosos los guerrerenses. Y creo, que si se revisan a fondo las practicas poco democráticas que aún persisten, habría pocas razones para sentirse orgullosos.
La universidad, tiene una misión muy clara, en el sentido de dar los conocimientos y formar a jóvenes universitarios, para que después incidan de manera positiva en el desarrollo del estado y el país. Desde esa perspectiva, en nada ayuda a los jóvenes, ver que por medio de la trampa se pueden ganar los procesos electorales. Se supone, que ahí donde se forma a las nuevas generaciones, se les debe infundir un nuevo espíritu democrático, y no caer en las prácticas nocivas que han patentado los partidos políticos, generando con ello el hartazgo en el electorado.
Los ofrecimientos y la presión sobre los estudiantes sigue siendo la constante, amén de otro tipo de acciones, que se pueden hacer cuando se tiene el poder. No es el caso de todas las unidades académicas. Pero el problema sigue persistiendo. Lo que, quiérase o no, envía un mal mensaje, en medio del proceso de transformación que enfrenta la UAGro, y ante el cual, no pueden ser indiferentes los órganos de gobierno.
En su momento, ha habido posturas que cuestionan el voto de los estudiantes para elegir al rector y a los directores. Ha sido así, porque lejos de la popularidad, lo que se requiere al frente de una institución educativa de tal envergadura, es perfil, talento, capacidad, experiencia y mucha solvencia moral. Creo que Javier Saldaña habría pasado esa prueba, ya que es producto de una candidatura única e histórica en la vida de la universidad.
Tal vez, es buen momento para volver analizar la permanencia o no del voto de los estudiantes. Y sobre todo, porque es ahí donde se pervierte el juego democrático. Es ahí, donde pesan los chantajes y los ofrecimientos. Y es ahí, donde se puede manchar el proceso de transformación que ha emprendido el rector de la UAGro. Esa es la cuestión.

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