MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** La vocación democrática de Adolfo Calderón

El Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero, por sus siglas SUSPEG, transita por el camino del desarrollo y la madurez política. Su líder estatal, Adolfo Calderón Nava, pone el ejemplo con su vocación a la democracia, luego de asumir una postura totalmente imparcial en los cambios de las dirigencias seccionales, tal y como ocurrió en la sección XXIV del Ayuntamiento de Acapulco, considerada como una de las más grandes y fuertes de esa organización sindical.

Así es. Una de las enormes tentaciones que tienen quienes ostentan el poder, es la de obtener o mantener el control absoluto, recurriendo inclusive a prácticas antidemocráticas y cuestionables. Se sabe que en los “sindicatos tradicionales” se opera la imposición de dirigentes, sin importar que esto vaya en detrimento de las bases de trabajadores. Eso no ocurre hoy en el SUSPEG. Su líder estatal actúa de manera congruente, al encabezar una gestión responsable y en la que se respeta la voluntad de los trabajadores expresada en las urnas.
El SUSPEG, es una organización que aglutina a más de 20 mil trabajadores, entre burocracia y magisterio estatal, así como trabajadores de Municipios y Organismos Públicos Descentralizados, quienes se encuentran ordenados en más de 60 secciones. Existen secciones con pocos trabajadores y otras que rebasan los mil afiliados, como es el caso de la XXIV de Acapulco, en donde recién se acaban de celebrar elecciones para elegir al nuevo comité seccional.
En el proceso electoral de la sección XXIV, se refrendó el compromiso que Adolfo Calderón Nava tiene con la democracia. Se distinguió por ser un árbitro totalmente imparcial. Dejo todo en manos de los trabajadores y no se anduvo ocupando de dar línea o sugerir algún candidato o planilla. Nada de dedazos. Eso es lo que resalta del proceso, en donde los trabajadores del Ayuntamiento expresaron su voluntad en las urnas, mediante el voto libre y secreto.
Por el tamaño del sindicato y por cómo se manejan los asuntos políticos, la tentación de poner a alguien de confianza en esa sección, podría haber sido grande. Más, en el caso del líder del SUSPEG, es evidente que tiene la mirada puesta en la dirección de trabajar y respetar la voluntad de los trabajadores. Y que no necesita de imponer candidatos o líderes, para trabajar en pro de la estabilidad y fortaleza de su sindicato.
Desde esa óptica, Adolfo Calderón envía un mensaje muy bueno al seno de su sindicato. Por principio, de que la gestión responsable que encabeza, será siempre respetuosa de los procesos internos de elección en las secciones, participando como un árbitro imparcial, y en todo momento, haciendo un llamado a la unidad de todos los trabajadores, para que después de las elecciones, se olviden los colores y planillas, para seguir trabajado en un mismo equipo.
En segundo, porque la actitud democrática, avisa de un líder que no busca afianzar su liderazgo por medio de la trampa, el fraude y el engaño, sino a partir de dar resultados a sus bases. A partir del trabajo diario, a favor de quienes le dieron la confianza para que llegara, por medio de un proceso histórico a la dirigencia estatal.   
De ahí, que por donde se vea, la vocación democrática de Adolfo Calderón Nava, es otro punto, que le ayuda, de manera enorme, en el reto de fortalecer al SUSPEG. Porque al final de cuentas, el respeto y reconocimiento, se ganan con trabajo. Y a eso parece apostar. Esa es la cuestión.

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