Sebastián de la Rosa: la ecuación pendiente

Por: Ricardo Martínez Sánchez
El futuro es hoy, es la lógica del político Sebastián de la Rosa Peláez para remontar tantas y tan evidentes dificultades que atraviesa el estado de Guerrero, intentando modificar a profundidad el modelo del campo. En días pasados, el legislador federal guerrerense realizó un planteamiento ante su grupo parlamentario para elevar a rango constitucional y de primera prioridad la producción de alimentos en México, equiparando su carácter con el de la exploración y extracción de petróleo, y la generación de energías, consideradas de interés social y de orden público a partir de la reforma energética de diciembre pasado.


En reunión de las coordinaciones del Área Rural y de Desarrollo Económico del Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, el diputado guerrerense urgió a sus compañeros a impulsar una reforma al artículo 27 que eleve al rango de interés social y de orden público la actividad agropecuaria, tal y como se le dio a la actividad petrolera y eléctrica.
Seguramente habrá quien piense que esta dinámica de trabajo de Sebastián de la Rosa obedece al proceso que está por iniciar en algunos meses, en el cual aspira a ser candidato por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a gobernador del estado de Guerrero, y no se equivocan, pero qué mejor manera de producir confianza que trabajando, esforzándose por los tiempos que están por llegar. Es necesario convencer a los votantes, a otros ciudadanos que no lo respaldan. No hay de otra; definitivamente no. La presencia de Sebastián por el momento crece en los municipios lento pero firme, y no son datos inventados, las encuestas así lo han confirmado.
Sebastián es de los pocos políticos que tienen un proyecto para poder sacar del atraso a nuestro estado. Los gobiernos priístas-panistas llevaron al desbarrancadero a los ciudadanos; hablamos de Rene Juárez Cisneros y Zeferino Torreblanca Galindo, quienes produjeron cosas inimaginables con los grandes desvíos de recursos públicos, situación que al actual gobernador, Ángel Aguirre, le complicó demasiado las cosas para poder superar la grave problemática y rezago heredados.
Sebastián de la Rosa ya no tiene que construir estructuras, sino darle esperanza a los guerrerenses, a los jóvenes desempleados, al ciudadano envenenado por las mentiras de los políticos, aquellos que atrás de tantas promesas nunca han visto salir el sol. Apuesta a la transparencia y rendición de cuentas, como el político nada timorato, y sin señalamientos de un vulgar delincuente disfrazado de político.
En Guerrero, bajo mi perspectiva, vivimos aun en un preocupante nivel de incivilidad política, y alguien que entiende que un sistema democrático lo forman y constituyen los acuerdos entre actores políticos, es precisamente Sebastián de la Rosa, quien ha mostrado ser capaz de crear escenarios de debate y diálogo, pero de cara a la sociedad y no en lo oscurito; eso lo diferencia entre los demás.
No podemos pues, condenarnos a otros seis años de parálisis, de enconos, tan sólo por el desencanto de la política y los políticos, otorgando un voto inercial a quien sale mejor en las fotos o presume poderío político o económico. Nuestra situación es gravísima, social, política y económicamente hablando, por lo que requiere de un fino tejedor de acuerdos y consensos, y con un programa de gobierno que apuesta quizás a lo básico pero verdaderamente importante: combatir la pobreza incentivando la productividad, generando el desarrollo económico.
En el proceso interno que se avecina para la elección del candidato a gobernador por el PRD, Sebastián de la Rosa advirtió que competirá hasta el final sin declinar por nadie en ningún momento. Seriamente, dice que va por Guerrero. Esperamos que Guerrero pueda ir con él.

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