Encuestas: la enseñanza de Goebbels

Por Emilio García Cárdenas
Sin capacidad de soportar el menor análisis, ya que fue hecha “con las patas”, como comentó el periodista, escritor y mercadólogo acapulqueño Julio Zenón, pero a final de cuentas cumplió con su objetivo primario: llegar a la mayor cantidad posible de personas en busca de causar un impacto psicológico.

Me estoy refieriendo a la última encuesta de “presunta” medición de imagen e intención del voto en Guerrero, presuntamente también, realizada por el Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (Cisen), dependiente de la Secretaría de Gobernación federal.
Llamo “presunta” a dicha encuesta porque su paternidad está en duda, noticia que podría conocerse en breve. Tampoco referiré sus resultados para no hacer más gordo el caldo, en el entendido de que su avieso fin es, como otras hechas circular con anterioridad, precisamente ese: difundir datos, ciertos o falsos, pero difundirlos. Es un ejercicio tramposo basado en las técnicas de quien se conoció como el maestro de la propaganda en los tiempos de la guerra nazi, Paul Joseph Goebbels.
Qué mejor ejemplo para ilustrar el tema, que las ideas de este quien fuera Ministro de Propaganda de Adolfo Hitler: “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá”; “…Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”; “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”; “No nos habría sido posible conquistar el poder o utilizarlo como lo hemos hecho sin la radio. La radio es el intermediario más influyente e importante entre un movimiento espiritual y la nación, entre la idea y el pueblo”,  y la más célebre de las frases: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad”.
Las campañas electorales son la etapa en que las encuestas se divulgan al por mayor, así que esperemos que en lo que resta del año se vengan en cascada. Por tal motivo, es necesario saber que hay de encuestas a encuestas, y que las que se hacen en nuestro país suelen ser engañosas, al gusto propiamente de quien las ordena.
Ejemplos de encuestas surrealistas son la de 2006, de la empresa GEA-ISA, que en febrero le daba nueve puntos porcentuales de ventaja a López Obrador sobre Felipe Calderón, segundo lugar, y para marzo ya Calderón le llevaba dos puntos de ventaja a López Obrador. Y ya sabemos quién nos gobernó.
En septiembre de 2010 en Guerrero, Consulta Mitofsky dijo que la preferencia electoral favorecía en 12 puntos al candidato del PRI, Manuel Añorve Baños, con un 37%, seguido por el del PRD, Angel Aguirre Rivero con un 25% de intención del voto. La realidad el día de las elecciones fue diametralmente opuesta, pues el IFE declaró a Aguirre ganador con 13 puntos arriba de Añorve.
Luego, en las elecciones presidenciales del 2012, la misma GEA-ISA a través de Grupo Milenio (Televisa) dieron todo el tiempo a Enrique Peña Nieto, del PRI, más de 20 puntos de ventaja sobre Andrés Manuel López Obrador, del PRD. Al final de la jornada, el IFE informó de una ventaja de 6 puntos entre el primero y el segundo lugares, aunque sin cambiar el orden de los candidatos.
Las encuestas pueden ser herramientas útiles para obtener información de las personas cuando se quiere conocer sus necesidades y problemas, en el caso de gobiernos interesados; saber su grado de satisfacción con un producto o servicio, en el caso de las empresas. Cuidado cuando se trata de saber la necesidad de los votantes; los resultados no son el reflejo exacto de lo que los votantes dijeron, si acaso les preguntaron; son, más bien, lo que los que pagaron quisieron, y en estricto apego a la enseñanza de Goebbels, son mentiras en busca de hacerse verdad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario