LAS HUELLAS DE LA VIDA


Por Raúl Román Román

Matena Orbe Lecuanda “La maestra inolvidable”

En las múltiples vivencias y convivencias que hemos tenido entre un grupo de selectos amigos, siempre se hace un reclamo puntual, de que en estas historias debería aparecer la figura femenil que han destacado o que de forma anónima han participado en la consolidación social y cultural de nuestro municipio, por lo que sumado  a esta exigencia, pudimos decidir que la maestra Mateana es la imagen ideal y fantástica para rendir un modesto homenaje a la mujer azuetense, por la calidad de su obra educativa y la proyección social que tuvo en su época.

 Rápidamente nos pusimos a investigar quién pudiera ser la persona que diera su testimonio fiel, acerca de la vida y obra de la profesora; casualmente encontramos a Celestino Morelos, él nos indicó que fuéramos a visitar a la maestra Nelly y, ella misma, nos remitió a la escuela de Agua de Correa, en la que esperaba que encontráramos alguna referencia registrada en sus archivos. No pudimos penetrar en ese templo del saber, puesto que al indagar con las personas que tienen las vendimias fuera del perímetro escolar, nos mandaron a buscar a uno de los hijos de la maestra que vive muy cerca de ahí; habíamos dado como veinte pasos cuándo escuchamos una voz conocida y atenta... era nuestra gran amiga Amanda Reglado Rincón, que al lado de su señor padre nos llamaba con ansiedad; que contentos nos pusimos ambos, ya que nuestro compañerismo y amistad data ya de varios años, siempre bajo de un profundo sentimiento de respeto, admiración y enorme amistad mutua.
   -¿Busca usted quién le dé los datos de la maestra Mateana?- cuestionó con avidez y con una franca sonrisa, Amanda.
   -¡Sí!- contestamos, con interés.
-¡Pues no busque más, yo hice alguna vez la biografía de la maestra y la conocí profundamente! - inquirió nuestra gran amiga.
 Con la confianza que inspira su sinceridad y su sentido del servicio, acordamos entrevistarnos a las siete de la noche de ese mismo día; ambos nos regocijamos con este encuentro casual… y con la remembranza de Amanda, contamos esta historia:
   “El gobierno del estado, teniendo como gobernador al Lic. Alejandro Cervantes Delgado, le hizo un reconocimiento a la maestra por sus treinta y ocho años de servicio y, fue el primer galardón que ella recibió, que la entusiasmó mucho, porque ella sintió que por fin le reconocían su esfuerzo magisterial. Por eso le escribí su biografía, que dice así:
 En un pintoresco lugar llamado Agua de Correa del estado de Guerrero, hoy municipio de Zihuatanejo de Azueta, vivió un matrimonio formado por Natividad Orbe y Paula Lecuanda, de origen campesino; a esa fecha contaban con cinco hijos y esperaban el sexto, que nació el 24 de febrero de 1896, a quien le pusieron el nombre de Mateana; creció sana como las flores silvestres, correteando alegre tras las múltiples mariposas de encendidos colores que adornaban el cristalino arroyo, el cual, como una cinta plateada bordeaba las cercanías de su casa; se confundían sus cantos con los trinos de los pájaros; en sus ojos negros demostraba su gran inteligencia; fue una hija y hermana noble y cariñosa, a pesar de las grandes dificultades del tiempo; en el área educativa se había formado en una pequeña escuela que dirigía el talentoso joven de nombre José Nogueda Armenta, nativo de este lugar, distinguiéndose la niña Mateana en su aprovechamiento, y fue en este lugar donde realizó sus estudios primarios; pero su espíritu progresista se había trazado una meta y sus padres apoyando sus deseos, haciendo a un lado los obstáculos, la trasladaron a la ciudad de la Unión Guerrero, habiendo alcanzado las más altas calificaciones del centro educativo, de ese lugar; después, luchando en busca de superación, en agosto de 1920, recibió el nombramiento de Maestra Rural de manos de don Julián Rodríguez, en un documento manuable; a partir de esa fecha engalanó las filas magisteriales, entregando  lo mejor de su vida y siendo su lema: “Trabajar por el bien de mi pueblo”…
 Fue maestra y directora encargada de nuestra gloriosa escuela “Ricardo Flores Magón”, luchadora social que: “erradicar de mi pueblo la ignorancia”, fue su mayor anhelo; como maestra fue incansable y fiel con el personal que laboró a su lado; por muchos años compartió su esfuerzo con la distinguida profesora María del Carmen Maciel viuda de Alcaraz, a quien todos recordamos por su inmensa labor y le patentizamos un respeto profundo, al profesor Daniel Sotelo y al profesor Natalio Alcaraz; ahí contribuyeron a su enseñanza, en este pueblo, muchos maestros.
   Sus últimos años de trabajo los realizó al lado del profesor Santiago Pineda Millán, a quien se le recuerda con respeto y reconocemos su eficiente labor, así como a todos los maestros que han contribuido para el mejoramiento de la educación.
 Es loable reconocer la gran obra de esta ilustre mujer; por sus banquillos desfilaron  muchos profesionistas que hoy, con respeto y cariño la recuerdan, como los que a continuación se enlistan: Miguel Mosqueda, Emilio Medina Reséndiz, María del Carmen Maciel, Silverio Valle, Eli Hernández, Raúl Reglado Rincón, Alma Verboonen, José Antonio Olea Reséndiz, Ignacio Galeana, Santos Cruz Abarca, Guadalupe Reglado Rincón, Sixto Campos Suazo y otros connotados compañeros.
Y quise resumir su obra a través de este poema:
La Maestra Inolvidable
Maestra inolvidable,
tu firme carácter te dio voluntad
luchaste con fuerza lograste tu sueño
de ver a tu pueblo lograr con empeño
hombres preparados que alcanzaste a verlos.
Hoy graban tu nombre, en tu escuela querida
ahí donde entregaste parte de tu vida.
Maestra Mateana, hoy luce tu escuela
un inmenso honor, tu nombre maestra
gracias a los hombres, que hoy reconocieron
tu amplia labor.
Era merecido este galardón…
los que ya crecieron siempre te recuerdan,
hoy todos los niños te aplauden fervientes,
este hermoso día tu pueblo te aclama
duerme el sueño eterno maestra Mateana.
   Ella le decía a sus padres:
-¡Tú manda al niño. . . yo veré que voy a hacer con él! – remataAmanda; o bien, se dirigía al alumno: 
-¡Tú vas a pasar, yo no tengo prisa, aquí vamos a estar hasta que aprendas! - recordaba. 
No había vuelta de hoja, ni contemplaciones. Tenía una hermosa letra manuscrita y su voz era muy potente puesto que se escuchaba hasta la calle.
 En su segundo homenaje le habían dicho que el Jardín de Niños de aquí iba a llevar su nombre, recibiendo una cascada de elogios por parte de la esposa del gobernador.
 Tiempo después fue el Lic. Santos Cruz Abarca quien promovió, en México, que la escuela primaria llevara el nombre de la maestra, para ambos turnos de la institución y, sólo dejó de asistir cuando su brazo ya no le llegó al pizarrón; retirándose, con el reconocimiento de las autoridades, hasta que la enfermedad la minó, adelantándose en el viaje final un día 15 de mayo, “Día del Maestro”, de forma paradójica”.
   Así, Amanda Reglado Rincón, con la representación moral de cientos de alumnos de nuestro municipio, cumple como gran discípula, amiga y política, elevando respetuosamente un homenaje póstumo a la maestra Mateana Orbe Lecuanda, la maestra inolvidable.
Desde el hermoso “lugar de mujeres” Raúl Román Román

2 comentarios:

  1. Una felicitacion a la Maestra Mateana, a la gentil Amanda Reglado por recordar al Profr. Santiago y finalmente, al profr. Raúl Román por la excelente crónica desplegada,

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  2. la maestra mateana dejo una historia inolvidable,hasta la fecha la recordamos

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