Jóvenes entusiastas preservan legendaria danza de “El Cortés”


Originaria de algún lugar de la Costa Grande la legendaria danza El Cortés representa una amalgama de nuestras tradiciones en la religión y ritual pagano y está ligada a la conmemoración del Día de Todos Santos y Fieles Difuntos el dos de noviembre, de ahí que desde Tecpan hasta Zihuatanejo en varias comunidades este integrada en estas festividades. Informó lo anterior Ángel Solís Villagómez, agregando  que la danza El Cortés es originaria de la Costa Grande, pero no se sabe dónde nace exactamente, por lo que “ha sido representada de manera tradicional desde hace aproximadamente 100 años según nos contaron nuestros padres y nuestros abuelos”.

Agregó que en el municipio de Zihuatanejo, las comunidades de Coacoyul y Agua de Correa han sido los que han mantenido viva esta añeja tradición principalmente en la festividad de los fieles difuntos.
Añadió que los organizadores de esta danza en el poblado de El Coacoyul, han sido los señores Miguel Ángel Gómez Galeana (la lata), José María Buburrón Campos (chema) y Abenego Solís Mendoza (el bene), que previamente  a la llegada del día de muertos, se dan a la tarea de iniciar los preparativos correspondientes, como son, la elaboración de la indumentaria y los accesorios que habrán de utilizarse en esta danza.
Destaco que primero se lleva a cabo la elaboración del armazón de lo que se denomina “la yegua del cortes”, que es una especie de caparazón forrada con tela de color rojo, con una cabeza de caballo tallada en madera al frente y una cola de vaca amarrada en la parte de atrás.
Indicó Solis Villagomez que la máscara del Cortés es confeccionada con la corteza de un fruto conocido como bule, que es partido a la mitad y a una parte se le hacen los agujeros de los ojos, nariz y boca, al hueco de los ojos se le pegan cejas y a la boca se le pone bigote y una gran barba todos hechos con crin de caballo, mientras que alrededor de la boca se le pegan granos de maíz que hacen las veces de dientes, de tal manera que la máscara queda como una calavera, con barba y bigote.
Menciono que posteriormente  del árbol cirián se cortan alrededor de 50 varas que son utilizadas como espadas, que son usadas por el portador del armazón de la yegua del Cortés. Mientras que los otros participantes tallan en madera maciza una espada a la que dan el nombre de “cuchilla”, con la que se defenderán del montador de la yegua durante su participación, el resto de su indumentaria es un sarape que portan cargado al hombro a manera de escudo.
Dijo que mientras tanto, los botes de hojalata vacíos son utilizados como tambores, por último se solicita un permiso ante la autoridad local correspondiente, esto para tener inmunidad ante la sociedad y los participantes y no ser agredido físicamente por alguien que se moleste al ser involucrado, ya que a quien se le invita a participar en esta danza, deberá de soportar un castigo que consiste en un fuerte golpe dado con la espada del montador de la yegua del Cortés.
Recalco Solís Villagómez, que los personajes principales son; la yegua del Cortés, los toreadores, la malinche y los boteros.
Asimismo dijo que el significado de esta representación es que la yegua refleja a los españoles vestidos con su armadura de hierro montados sobre un caballo, ya que los habitantes de los pueblos indígenas creían que estos eran un sólo ser pues no conocían los caballos que fueron traídos por los españoles durante la conquista. 
También menciono que el personaje de la malinche en la danza, es interpretado por un hombre disfrazado de mujer y su función es embaucar y convencer con mimos y caricias a los toreadores y a los espectadores para que El Cortés los someta a golpes, también quien se encarga de pedir una aportación en dinero o en especie durante el recorrido por todas las calles de la población.
Por lo que “La danza del Cortés comienza entonces al son hipnotizante del redoble de los boteros, la representación de esta danza, pretende ser la escenificación de la conquista de los españoles sobre los indígenas americanos”.
De esta forma y cada primero de noviembre los pobladores del El Coacoyul y Agua de Correa se reúnen para dar inicio a la fiesta que dura dos días de manera casi ininterrumpida, de golpes, vino y comida.
Manifestó Solis Villagomez que con los tambores convocando a la lucha, los guerreros se preparan para una desigual batalla, la yegua Del Cortés bailando con frenético ritmo desafía a los toreadores incitándolos a que entren a la pelea, ellos se defienden con la rudimentaria cuchilla de madera y un gabán.
Por lo que dijo que “Esta danza es cautivante porque probablemente nos remueve en lo más recóndito de nuestra mente, vivencias de la cruel y sanguinolenta forma de como fuimos conquistados por Hernán Cortés”.
Comentando que todos los años  la tarde del dos de noviembre los participantes llegan al panteón de la localidad con la finalidad de rendir de esta manera un culto y tributo a sus fieles difuntos, “ahí se entregan una vez más con fervor pagano a este brutal y apasionante ritual”.
Otro significado es que la danza, también es la representación de la batalla que se libra contra la muerte; “cuando tú enfrentas a la yegua del Cortés confrontas simbólicamente a la muerte, inclusive la máscara de la yegua del cortes es una calavera con barba y bigote. Es a la vez una parodia de como nuestro pueblo enfrenta a la muerte, con arrojo, valentía, pero también con un gran sentido del humor” dijo finalmente.

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