CUANDO EL OTOÑO LLEGA A MI VIDA


(El Indio de Iguala)

Cuando el otoño llega a la vida
se sonríe y se mira, ya sin prisas,
esperando al sol entre la risa
y llamando al viento y la llovizna,
agradeciendo cada minuto de ternura
que regalan los versos de venturas,  
como guitarra cantando sus poesías
como el árbol que pasea entre la brisa
,
con siluetas de eternas correrías
que recuerdan los acordes calendáricos,
como páginas encendidas de plegarias
del grito abierto de la marcha en rebeldía 
que reclama la razón de la palabra,
que enarbola las pasiones libertarias 
que repiten los pliegos aplazados,
entre puños guevarianos que retumban
en los cielos infinitos de la patria 
que recuerdan a adalides centenarios,
  que honran su memoria en los breviarios
que arrancan la libertad de los blasones
que muerden feroz por sus jirones
y vuelve digna, su alma de ilusiones…
como el balcón cargado de jazmines
de la tapia que sostiene la cantera,
como fruto almibarado entre las manos
que alumbra la luz en el verano
teniendo como antorcha encendida
la voz que redime al ser humano,
 y llamando al viento y la llovizna
esperando al sol entre la risa
se sonríe y se mira, ya sin prisas 
cuando el otoño llega a la vida.   
Cuando el otoño llega a mi vida
para reír a carcajadas con el viento,
 llevando tu recuerdo a mi tormento 
por las sendas místicas de amores,
que rezan las cuentas del rosario
como plegarias que llevan tus candores
entre bosques cubiertos de mil flores,
que se pintan primorosas de colores
que se visten de pétalos rosados
acariciando la paz de tu mirada,
que clama por tu rostro siempre amado
como fruto delicioso almibarado 
que disfruto en tus besos enmielados
y que pintan la alegría de los cuentos
para seguirte amando a cielo abierto
como se ama la bendición de tus ensueños.
Cuando el otoño llega a mi vida
para posar paciente su estadía
en la calma sedienta de mi alma, 
que te grita amando tu ternura
que te ruega que lo envuelvas en tu aura
como nota melodiosa en partitura,
que enaltece tu rostro en la pintura
que es el arte de amarte en la obertura
de la música que resuena en el arcano,
del amor que te profesan los arcángeles
que entonan los cánticos divinos
por contemplar el espejo de tu sino,
que revive las hermosas primaveras 
que se fueron al compás de aquellos trinos, 
de los pájaros divinos que siempre amamos como signos de amor en nuestras almas
fundidas como soles en verano.
Cuando el otoño llega a mi vida
y perdona las andanzas juveniles
que en locuras de sed enfebrecida
desafiaban las noches del invierno,
al compás de guitarras trovadoras 
que clamaban la dulzura de tu boca… 
siguiendo al amor de mis amores
gritando por siempre que te quiero,
y rezando por la paz de tu mirada
como altar de la luna en el adviento,
entre las estelas del inmenso firmamento
para sellar por siempre el juramento,
de amarte eternamente con locura
contemplando tus ojos a barlovento
adorando tu alma de princesa,
extraviándome feliz entre tus besos extasiándome enloquecido en tu embeleso,
y llamando al viento y la llovizna
esperando al sol entre la risa,
se sonríe y se mira, ya sin prisas 
cuando el otoño llega a mi vida.

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