MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** ¿Dónde está la inteligencia ética?

Stefan Einhorn, en su libro el arte de la bondad, expone que el hombre ha evolucionado en sus formas de organización, y que la ciencia y tecnología han logrado avances importantes, en virtud de la bondad del ser humano. Por la razón de anhelar vivir en paz y armonía, se ha llegado al establecimiento de gobiernos emanados por la democracia, en donde, se supone, debe imperar el respeto a la voluntad popular. El punto es, que para alcanzar un nivel elevado de bondad, se debe apostar por alimentar la inteligencia ética. Algo necesario en estos momentos de crisis que se viven en el país.

Así es. La bondad ha llevado al ser humano a la sobrevivencia. Es cierto, que existe una crisis espantosa en materia de inteligencia emocional, por lo que muchos de los que ostentan el poder suelen perder el piso. La fama y el dinero también han llevado al mundo de la ambición y la indiferencia a quienes debieran hacer algo a favor de la salud y el bienestar de los demás.
Sin embargo, en medio de toda esa crisis, se aprecia que el ser humano ha sobrevivido gracias a la bondad. Porque así como existen quienes han sido dominados por las emociones toxicas, también existen, y muchos, que anhelan vivir en un mundo donde la paz y armonía sean la constante.
Acostumbrados a un mundo, en donde desde las escuelas se inculca una brutal competencia. Una distinción terrible entre personas: los aplicados y los burros. Y en donde los esquemas, solamente están enfocados a la educación lógica-matemática y el lenguaje, es fácil entender,  porque la gente es reactiva y está lista a entrar a la ley del más fuerte.
En la normalidad que vivimos, se llama listo a quien pasa por encima de los demás. A quien viola las reglas y no se le aplica la ley. A quien logra fama, dinero y poder, sin importar la forma en que lo logra. A quien desde la clandestinidad maneja a otros con fines perversos. En resumen, a quien suele salirse con la suya. El punto es, que por eso hoy el ejército está en las calles. Por eso hay delincuentes con placa, uniforme y arma cerca de los domicilios. Por eso se registran barbaries como la de Iguala. Por eso los gobernantes se coluden con la delincuencia. Por eso cetegistas y demás se agarran de alguna causa para hacer desmanes y violar la ley. Por eso existe tanta apatía e indiferencia. Y por eso, es fácil la manipulación por medio de la televisión. 
Bajo esa consideración, creo que Stefan Einhorn tiene razón cuando habla de la necesidad de alimentar la inteligencia ética. Con la idea clara, de que los líderes tengan como bandera la bondad. Dejen a un lado los intereses mezquinos. Y se vea hacia lo que más conviene como sociedad. La nueva etapa evolutiva del ser humano, no está fincada en las armas y la violencia. La sobrevivencia, hoy depende de la sabiduría.
Es evidente, que se carece de mucha inteligencia ética. Es cierto, los gobiernos han fallado. Lo que se debe admitir, es que como sociedad, tampoco hemos hecho bien la tarea. Y lo peor, es que ahora se busca corregir por la vía que más daña el progreso y el desarrollo: La violencia y la violación a la ley. 
A todo el país ha lastimado lo de Iguala. El punto es, que la forma de manifestar la inconformidad, no parece haber beneficiado a la sociedad, sino a grupos y gente específica. Eso, hay que decirlo, no tiene nada de bueno. Esa es la cuestión.

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