MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** Aprender la lección

Cuenta un joven, que aprendió mucho de su señor padre, en virtud de la experiencia que tenía, puesto que su nivel de escolaridad era limitado. Cierto día, decidieron ir a dar un paseo a caballo. Recorrieron varias hectáreas de campo, hasta llegar a un pueblo cercano, en donde recibiría una de las enseñanzas más importantes para su vida.

Resulta, que al entrar al pueblo, se frenaron cerca de la esquina de una calle. Su padre le dijo: “escucha con atención”. Luego le preguntó: “¿Qué oyes?”. A lo que el joven respondió: “Escucho que se aproxima una carreta”.
El padre movió la cabeza en señal de que había acertado. Para después decirle, “Pon mucha atención a lo que te voy a decir, “La carreta viene vacía de cosas, solamente con el cochero”. Y efectivamente, cuando el vehículo asomó traía únicamente al conductor. En la caja no había nada.
El joven estaba sorprendido. Al ver la certeza de su padre, no pudo contener la pregunta: “¿Cómo le hiciste para saber que venía vacía? Después de un momento de silencio, el señor le dijo a su hijo: “Porque venía haciendo ruido”.
Luego agregó: “Mira hijo, en la vida sucede lo mismo. Cuando veas a personas que hacen mucho ruido y alarde, es porque están vacías. Y por el contrario, cuando veas personas que no hacen mucho ruido, es porque su mente y corazón están llenas de cosas buenas.” 
Efectivamente, hacer mucho ruido no significa tener todas las cosas bajo control. Mucho menos que se esté enfrente de alguien que tenga cosas ricas que ofrecer. Lo bueno se encuentra debajo de la mejor virtud, llamada humildad. Esa cualidad que sabe del control del ego. Que sabe, que la fórmula del éxito es trabajar día a día. Que lejos de perseguir fama, poder y dinero, su prioridad es servir a los demás.
Lo anterior viene a colación, luego de conocer las designaciones del PRI por las diputaciones de Chilpancingo, llamando la atención, la selección de Víctor Manuel Martínez Toledo, como futuro candidato por el Primer Distrito, en donde tendrá su segunda oportunidad, luego de caer en las urnas de hace tres años, a manos del hoy legislador Alejandro Arcos Catalán.
Martínez Toledo, conocido empresario del dulce, dilapidó hace tres años la oportunidad de ser diputado local. Y fue así, porque luego de estar arriba en las encuestas por un margen de más de 15 puntos porcentuales, por encima de Alejandro Arcos, acabó perdiendo por 5 puntos de diferencia. Se cayó en 20 puntos. Sorprendente, pero sucedió de esa manera.
¿Qué pasó en aquella ocasión? Muy sencillo, alguien alardeó lo siguiente: “La empresa que encuestó en el partido, ha dicho que hay un aspirante que gana tranquilamente la elección, porque tiene números que rebasan a todos los demás aspirantes”. Palabras más, palabras menos. Creo que faltó humildad. Se hizo demasiado ruido.
La pregunta de ahora es: ¿Habrá aprendido de la lección? Esa es la cuestión.

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