La desconfianza hacia Rogelio Ortega

Si existía alguna duda sobre la profunda desconfianza que amplios sectores le tienen al actual gobernador interino Rogelio Ortega, el desaire de los candidatos de las distintas fuerzas políticas de Guerrero a su convocatoria para el lanzamiento del Pacto de Civilidad Política, es muestra clara de que su presencia y figura sólo genera sospecha, división y rechazo.

El evento, seguramente pensado para dar oxígeno a la cuestionada imagen de Ortega, quedó manchado por la ausencia de 7 de los 11 partidos así como de la presidenta del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), Maricela Reyes Reyes, y por los constantes reclamos que recibió de diversos actores ante su distanciamiento, inoperancia e injerencia en el proceso electoral que actualmente se desarrolla en Guerrero.
En diversas entrevistas, candidatos y actores relevantes del proceso electoral en curso, han coincidido en denostar la firma del mencionado pacto por considerar que Rogelio Ortega no tiene autoridad para respaldar y garantizar un comportamiento imparcial del gobierno del estado, debido a su comprobado apoyo a los candidatos del PRD, así como al uso que pretende dar a este tipo de propuestas para intentar salvar su desprestigiada imagen.
Ricardo Mejía Berdeja, coordinador de campaña de Luis Walton, acusó que el pacto fue uno “de complicidades y simulación” y adelantó que el Movimiento Ciudadano presentará una denuncia en contra de Ortega Martínez por su injerencia y abierto proselitismo a favor de Beatriz Mojica, candidata del PRD a la gubernatura. Por su parte, el candidato del PAN, Jorge Camacho, agregó, además, que ni siquiera fue invitado por parte del gobierno de Ortega a la firma del dichoso pacto.
No nos engañemos, es evidente que Rogelio Ortega no despierta consenso ni confianza entre las fuerzas políticas ni entre la ciudadanía. Al contrario, su presencia sólo dispara encono y recelo. Aferrado a su idea de mantenerse en el poder y desdeñando la inestabilidad creciente que genera su permanencia, Ortega Martínez olvida que a él no lo eligieron los guerrerenses y que la posición que hoy ocupa fue un encargo temporal cuyo plazo está por cumplirse.
La tragedia para Guerrero es que quienes están detrás del respaldo a Rogelio Ortega, son aquellos sectores que utilizan al hasta ahora gobernador interino para alimentar sus ambiciones y llenar sus bolsillos con el dinero que su gobierno descaradamente desvía para comprar apoyos y voluntades.
Ortega ignora que tarde o temprano será otra víctima más de las traiciones que han caracterizado la conducción mercenaria de quienes hoy controlan al Partido de la Revolución Democrática. Tan pronto deje de funcionarles o proporcionarles “recursos”, lo entregarán como moneda de intercambio y él tendrá que pagar los platos que otros rompen con descaro.
No nos extrañe que en breve, la nota local y nacional sean los atropellos, abusos y desvíos millonarios de recursos públicos de Ortega y su grupo. Ojalá que llegado ese momento, los guerrerenses puedan voltear atrás y sentirse tranquilos por la decisión del Congreso del Estado de haberlo retirado a tiempo del gobierno, de haber concretado el final de su mandato un 24 de abril de 2015.

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