OPINION

Sensibilidad señores funcionarios

Por Manuel Tello Zapata
A pesar de que el Gobernador del Estado Rogelio Ortega Martínez, ofreció todo su apoyo a la señora Aída Nájera Viuda de Alarcón, esposa de quien fuera Presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, Juan Alarcón Hernández, la Secretaría estatal de Finanzas se ha negado a liberar los recursos, para que se le pague su pensión a lo largo de todo el presente año.

Desde el mes de enero, el actual Ombudsman Ramón Navarrete Magdaleno, ha hecho diversas gestiones ante Finanzas para que se liberen los recursos de dicha pensión, pero no encuentra respuesta y la pensión alimenticia es la única fuente de sostenimiento de la Señora Aída, quien ya atraviesa diversos problemas por no recibirla desde enero anterior. Ojalá que el Secretario de Finanzas, Eliseo Moyao, sea sensible a este problema y actúe en consecuencia.
LOS FRUTOS DEL DIÁLOGO Y LA NEGOCIACIÓN. 
Finalmente y gracias a las negociaciones que realiza el Gobierno del Estado con la CETEG, se logró que los Maestros desalojaran ayer la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac en Chilpancingo. Su campamento fue trasladado al edificio de este sindicato que se ubica a un lado de la Secretaría de Salud. De esta forma, el Doctor Rogelio Ortega Martínez se anota un punto más a su favor, en el trabajo para devolverle a Guerrero la paz que había perdido luego de la masacre de Iguala.
Cuando llegó a la gobernatura, Guerrero estaba en franca ebullición. Se vivía la furia local y nacional por lo de Ayotzinapa. Los estudiantes de esa Escuela y los maestros de la CETEG realizaban movilizaciones como nunca antes se había visto. En ellas eran frecuentes los actos de violencia contra edificios autobuses, dependencias locales o federales, sedes de partidos políticos etc.. 
La demanda de justicia por Ayotzinapa recibía fuera de Guerrero importantes muestras de solidaridad y se multiplicaron las movilizaciones de apoyo a los padres de familia. La exigencia era nacional y mundial por la vía de las movilizaciones. En Guerrero toda esa presión se convirtió en una exigencia para que el Gobernador aplicara mano dura y reprimiera esas manifestaciones. Rogelio Ortega aplicó por lo contrario, una política de solidaridad con Ayotzinapa, llamando al diálogo; invitando a la concordia; a la reconciliación; a tomar acuerdos, pero sobreponiendo una política de tolerancia que no había aplicado mandatario alguno.
En un principio esta actitud generó mucha molestia ciudadana, pero Rogelio Ortega decidió asumir el costo político de las críticas vertidas en su contra. El tiempo le está dando la razón porque a menos de tres meses y en base a dialogar personalmente, en el mismo lugar donde se generan los problemas, con las fuerzas inconformes, poco a poco se han ido desactivando las movilizaciones y regresa la normalidad a nuestro sufrido estado.
Al conflicto de Ayotzinapa se le sumó la retención de pagos por parte de la SEP a casi doce mil maestros en Guerrero. Esto hizo explosión y los maestros afectados aceleraron las marchas y plantones generando una seria crisis. En ese sentido, el Gobernador apoyado por su Secretario de Educación, Salvador Martínez; de Finanzas, Eliseo Moyao, buscó y logró ser escuchado por el Presidente Peña Nieto, a quien explicó la urgente necesidad de que la federación asumiera el pago de toda la nómina estatal. Amenazó inclusive con hacer una marcha con los maestros al DF y ponerse en huelga de hambre.
La negociación con el Gobierno federal no ha sido fácil pero poco a poco se van solucionando los problemas de pago de nómina. Hoy los explosivos maestros de la CETEG constatan que En Rogelio Ortega han encontrado a un aliado y responden en consecuencia. Un experto en ciencias políticas como el Gobernador interino, nos está demostrando que el diálogo y la negociación deben anteponerse siempre para la solución de los problemas. ¿Lección aprendida, señores políticos?
Lamentablemente en el Congreso del Estado se pretende cometer un gran error si se cambia de caballo a mitad del río. Destituir al Gobernador Rogelio Ortega faltando solo cinco meses y nombrar a otro que venga nuevamente a aprender, será la peor torpeza que se puede cometer; lo peor del caso estriba en que al romperse el actual nivel de diálogo y negociación, volverán los maestros a la rebelión gratuita, con todos los riesgos que esto implica.

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