OPINION

Desespero electoral

Por Manuel Tello Zapata.
En un acto de incongruencia y desesperación, la candidata del PRD a Gobernadora del Estado, Beatriz Mojica Morga, hizo el domingo otro llamado para que se inclinen (perdón, declinen) a favor de su campaña, los candidatos de MORENA, Pablo Sandoval; Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto, y ¡agárrese, estimado lector!: Héctor Astudillo Flores (PRI).

¿Cómo diablos quiere La Chuchita que decline a su favor, quien le saca diez puntos de ventaja en la encuestas? Mucho menos declinaría por ella Luis Walton, quien está haciendo una campaña de mucha consistencia, que ya alcanzó a la del PRD y ambos partidos de izquierda se disputan el segundo lugar de la contienda. Héctor Astudillo dobleteó en los cierres de campaña celebrados en Acapulco a Mojica Morga, lo que significa una derrota dolorosa para el PRD, porque el bello puerto había sido desde hace muchos años el principal bastión de ese partido.
En su edición de ayer lunes, el periódico El Sur anuncia en sus espacios informativos que al cierre de Beatriz Mojica asistieron cinco mil personas, y al de Héctor Astudillo diez mil. Obviamente, en los espacios pagados se habla de veinte mil, cincuenta mil, y así sucesivamente. Resulta prácticamente imposible que faltando solo seis días para que se realicen las elecciones, pudiera haber algún cambio en la posición de los tres principales candidatos. Esto significa que el priísta Héctor Astudillo Flores se perfila de manera rotunda a ser el próximo Gobernador del Estado.
MARCO LEYVA, ADELANTE
En Chilpancingo sucede algo semejante al nivel estatal, porque el candidato del PRI, Marco Antonio Leyva Mena, se va llevando una clara delantera sobre sus más cercanos contendientes. Siendo un político muy conocido en la capital del Estado y sus comunidades por tantos años de trabajo; siendo un hombre profesionalmente mejor preparado que los otros, obviamente ha presentado las mejores propuestas y programas de gobierno, lo que garantiza ser la mejor opción para los capitalinos.
Siendo un buen constructor de acuerdos, Marco Leyva ha logrado sumar a su campaña las importantes estructuras de Jorge Salgado Parra, Ricardo Moreno Arcos y el Doctor Gustavo Alarcón Herrera. Se trata de tres fuerzas político-electorales que generan una votación suficiente para el triunfo en las urnas de quien tiene su apoyo. Pero el activo más importante de Marco Antonio Leyva es su sencillez de trato y el afán de hacer una campaña casa por casa, tocando puertas para saludar personalmente a sus paisanos.
BETTY VÉLEZ PUNTEA
Otra candidatura priista que se encamina a obtener el triunfo en las urnas es la de Beatriz Vélez Núñez, quien contiende por la diputación federal en el séptimo distrito. Se trata de una mujer sencilla, con buena preparación profesional y tiene la experiencia de dirigir a un sindicato grande y fuerte como es el de la Secretaría estatal de Salud, donde la política es el pan de cada día. Betty Vélez realiza una campaña intensa porque este distrito es uno de los más grande porque lo forman los municipios de Chilpancingo, Mochitlán, Quechultenango, Tixtla y Coyuca de Benítez.
En sus recorridos de campaña, Vélez Núñez promueve también la iniciativa de que los guerrerenses le den otra oportunidad al PRI y sus candidatos para que la paz y el orden que proclama Héctor Astudillo Flores se haga una realidad a través de esa alternativa, luego del desencanto que han generado los diez años en que el PRD ha gobernado a Guerrero.
UNA REALIDAD LA CONTENCIÓN
Luego de supervisar las obras conocidas como los megaproyectos que se construyen en Acapulco, el Gobernador del Estado Rogelio Ortega Martínez, afirmó tajante ante los reporteros que ya no se permitirá la destrucción de propaganda política por parte de los grupos que se oponen a que se celebren las elecciones y que han allanado domicilios particulares para subirse por la fuerza a las azoteas que tienen mantas y otro tipo de publicidad electoral.
Luego de la tragedia de Iguala, donde el grupo delincuencial Guerreros Unidos, asesinó a 46 estudiantes de Ayotzinapa, 
Se generó en Guerrero una crisis política mucho peor que la vivida en 1960, ocasionando la caída del Gobernador Ángel Aguirre Rivero. Los grupos que protestaban por lo ocurrido en Iguala crecieron en gran número y la violencia fue su arma de protesta, ante el pasmo de los tres niveles de gobierno, que no hicieron nada para mantener el orden y la paz.
Al asumir la gubernatura, el doctor Rogelio Ortega reiteró que no habría represión contra los encapuchados que asolaban la Zona Centro y que buscaría el diálogo con todas las fuerzas políticas. Esto generó desencanto en un principio, pero con el tiempo se ha constatado que los grupos de la delincuencia normalista han perdido fuerza, porque el gobernador logró sentar en la mesa de la negociación a la gran mayoría y hoy son solo unos cuantos, que pueden ser bien contenidos por las fuerzas policiacas.

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