Querido Diario

(Raúl Román Román)
¿Los tropiezos de la Educación Escolarizada es culpa del maestro?
¿Cuál es la parte que le corresponde al gobierno?
¿El tipo de sistema neoliberal busca el beneficio colectivo?
¿El sistema neoliberal es el idóneo para Latinoamérica?
¿El examen de conocimientos a los profesores es la panacea y será la solución para la Educación Escolarizada Mexicana?

¿Antes de reformar la educación, no tendría que reformarse los programas estupidizantes y alienantes de los  medios masivos de comunicación, especialmente los de la televisión?
En este momento, la amenaza del gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Educación Pública, dirigida por Emilio Chuayfet, responsable impune de la masacre en Acteal, y de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia, sobre la Reforma Educativa, que viéndola atentamente sería Laboral, en el sistema educativo mexicano. 
 Ante este panorama plenamente unilateral, se tiene que hacer muchas precisiones, pues hasta este momento existen más preguntas que respuestas dentro de esta maraña neoliberal. En primer término se aclara que los atrasos en materia educativa no tan sólo el magisterio nacional es el único responsable, puesto que estamos sumergidos dentro de un modelo político-económico que cada día asfixia más y más no solamente a la educación escolarizada, sino también a los sistemas de salud y de producción, teniendo el caso más inmediato de PEMEX, que está destinado a entregar la producción, paulatina o radicalmente, a la empresas privadas… luego entonces, el maestro mexicano, lejos de ser el único responsable es el más agredido con esta reforma laboral, pues si bien puede preparase más y más cognitiva y afectivamente, no podría cambiar las condiciones socio-económicas y comunitarias de sus alumnos, como pueden ser: la falta de empleo de los padres de familia, la desnutrición infantil, sobre todo el medio rural y en los espacios suburbanos, adonde se acentúa la pobreza material de las familias. 
 Asimismo, el profesor, como género, no puede hacer mucho frente a los edificios educativos que en su gran mayoría están derrumbándose, o bajo salones de láminas, maderas y con pisos de tierra.
 Ahora bien, vivir dentro del sistema neoliberal es vivir con el mejor postor, pues a los oligarcas no les importa el equilibrio medio-ambiental, como puede ser cauces de ríos, lagos, bosques, selvas, mares, centros ceremoniales de historia, pues si de ahí pueden obtener dinero, no se tienten el alma para poner muros, murallas, edificios, negocios, tiendas, privatizar hidrocarburos, el agua, la luz eléctrica, guardias, sistemas de represión y prohibición y todos los sistemas de producción que les dejen exprimir, aunque a la vuelta de diez o quince años, dejen la tierra árida, los espacios ecológicos devastados, los cauces secos y los mares y la atmósfera tapados de cemento… en lo que ellos llaman “progreso”.
 Y dándole en la herida, Peña Nieto es el menos idóneo para reformar la educación, pues ha demostrado públicamente que, a pesar de un título universitario, sigue siendo un analfabeto funcional, por su ignorancia en temas que para un alumno más o menos destacado de primaria, serían conocimientos de rutina… pero para obedecer los mandatos neoliberalistas, muestra su rostro demagogo, falso e hipócrita, porque lo que lo salva a él es su inconsciencia e insensibilidad, pues no sabe, no siente, no cambia…
 De la misma manera, se puede palpar que los neoliberales están presionando y ahondando los conflictos nacionales en toda Latinoamérica y parte de Europa, pues las reformas dizque educativas están sindo super-agresivas con todos los educadores de estas latitudes, y no aportan los satisfactores para desarrollar una educación de calidad, con programas que no tienen ni pies ni cabeza, pues no existe un órgano rector de la educación, que aclare su senda y su luz.     
 Por último, el examen de conocimientos no es la panacea; imposible que despidiendo a los maestros se vaya a fortalecer la educación, porque los que vienen detrás, normalistas o universitarios, están y obedecen al mismo sistema corrupto, antidemocrático, inequitativo, demagógico y retrógrada del neoliberalismo, y desde hace decenios, los gobiernos mexicanos colocan a la educación escolarizada en un tercer nivel de importancia, dentro de la política nacional.
 A la vez, mucho antes que quieran reformar a la educación, deberían reformar los status de los medios de comunicación, con sus programas netamente estúpidos y alienantes, como el de Laura, El Chavo, las telenovelas y las caricaturas de infra-humanos, para dar paso a una programación eminentemente cultural, edificante y significativa, con los mismos recursos y propósitos educativos.
 Y aún falta tratar el tráfico de influencias de la que va a ser víctima el maestro, por parte de su mismo sindicato…
 Por estas circunstancias, el grito de unidad es sonoro, determinante e inmediato, para todos los maestros de México… o defendemos juntos y unidos la educación pública, o nos llevan al despeñadero los políticos corruptos y mafiosos del sistema.  

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