MEMORÁNDUM

*** El valor de las obras buenas

Gerardo Ruano Cástulo
El alumno deseaba saber el tamaño del impacto de una acción buena o mala del ser humano. Hasta donde llegaba o alcanzaba. Por esa razón, fue a preguntar a su maestro, quien solamente le dijo: “acompáñame que ya te mostraré”. Caminaron por un buen rato. Lo llevo a la cima de un cerro. Desde ahí se contemplaba un escenario bonito. Luego le indicó con la mano, que volteara la vista hacia donde se veía una mancha color amarillo y rojo, de la cual se desprendía humo. “¿Qué ves ahí?” Preguntó el maestro. La respuesta fue, “un incendio”.

“Efectivamente, es un incendio.” Confirmó el maestro, quien volvió a cuestionar: “¿Cuántas hectáreas calculas que se están quemando?” El alumno dijo: “Como unas diez maestro.” “Claro”, indicó el hombre de la sabiduría. Y te voy a decir algo: “para que esa cantidad de hectáreas se estén quemando, solamente bastó un cerrillo. Un pequeño cerrillo. Así sucede con una obra buena o mala, su impacto es enorme e incalculable. Puede tocar para bien o para mal a mucha gente. De ahí la importancia de hacer cosas buenas, sin importar el tamaño de las mismas, su impacto es enorme”.
Recuerdo aquella anécdota de la maestra, que con decir a sus alumnos, por medio de una pulsera: “Tú eres importante para mí”, cambio la vida de los muchachos, llegando inclusive hasta sus casas, en donde se evitó hasta un suicidio. Otra más, que circula en las redes sociales, cuando el pequeño roba medicamentos para su madre enferma y es detenido por el farmacéutico, sin embargo, es defendido por un señor, que no le conoce y quien paga la cuenta. El pequeño creció con ese ejemplo en su corazón, que lo llevo a convertirse en un gran médico, para dar después apoyo a los demás, especialmente a los niños.
La fuerza de hacer el bien es impresionante. Esa es la conclusión a la que llega la inteligencia ética. El punto es, que si se sabe del poder de la bondad, ¿Por qué seguir apostando al camino de la indiferencia y el escaso compromiso social?
Existen ejemplos de buenas acciones, que en ocasiones las pasamos desapercibidas, pero que tienen un gran impacto en la vida de la gente. Algunas de éstas, las realiza el DIF municipal de Chilpancingo, hoy en manos de la Sra. Enei Bustamante de Moreno, quien en el breve tiempo, se ha distinguido por ser el rostro sensible del municipio.
Desde su llegada a esa noble institución, la Sra. Enei Bustamante ha dado espacio especial al rubro de la salud, sin descuidar a los grupos de atención prioritaria, como es el caso de los adultos mayores. En materia de salud, por ejemplo, las brigadas integrales son constantes, especialmente en las comunidades, en donde la gente requiere más de éste tipo de apoyo.
En la misma capital, se han suscrito convenios de colaboración y coordinación, para concretizar jornadas de salud, con detección oportuna de enfermedades y consultas médicas. Acciones, todas estas, que van enfocadas a mejorar la calidad de vida de las personas.
Creo, que la Sra. Enei Bustamante está haciendo obras buenas, que repercuten de manera positiva en las familias. El punto es, recordar, que toda acción buena, sin importar el tamaño de la misma, tiene un impacto incalculable. Esa es la cuestión.

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