MISCELÁNEA

Ser Joven

Jesús Cayetano Norberto
Sin duda, que ser joven en cualquier punto del planeta, resulta complicado. En el caso de México, lo es más, debido a las nulas oportunidades que existen para respaldar y apoyar a 30 millones que existen, esto de acuerdo a las proyecciones del Instituto Nacional de estadísticas y Geografía (INEGI); suma que representa casi el 25 por ciento de la población total en el país.

Los discursos de promover mas y mayor participación de los jóvenes en los ámbitos de la política, economía y sociedad, son de los pendientes por décadas que no se han aterrizado por parte de los gobiernos en turnos.
Cuando un joven acuden a solicitar un empleo, las primeras preguntas son: ¿Tienes experiencia?, ¿Dónde has trabajado?; el joven inmediatamente responde: NO.  Sin embargo, el joven callado se responde: -para eso quiero el empleo para tener la experiencia, pero si nadie le da la oportunidad, ¿Cuándo obtendrá la experiencia?.
No contar con la experiencia, es el pretexto para quien lo contrata para pagarle menos y para que también trabaje más, motivo por el cual el joven se siente sumamente discriminado y hasta en  cierto modo explotado, lo peor, contratados de palabra, sin derecho a seguridad social; ahora, bien, ¿Qué será de los discapacitados?. 
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, de la población económicamente activa (PEA), que representa el 58.1 por ciento de la población total, señala que sólo el 8.6 por ciento  corresponde a las personas de entre 15 a 29 años. 
De los jóvenes que trabajan, el 59.6 por ciento lo hace en el sector terciario, es decir, servicios y comercios; 26.9 en el secundario y 12.7 por ciento en el terciario. De los cuales el 77.9 por ciento son personas subordinadas y remuneradas; los no remunerados representan el 11.1 por ciento, los que laboran por su cuenta el 9.8 y los empleadores el 1.2 por ciento.
En el caso del nivel de escolaridad, del total de la población joven, el 19.9 por ciento cuenta con educación superior, 33.8 por ciento educación Media Superior, 34.4 por ciento la secundaria, 7.7 por ciento con primaria completa, 3 por ciento con primaria incompleta y el 1.2 por ciento sin instrucción o solo preescolar.
Sin embargo, a raíz de la primera sesión del Foro Mundial de la Juventud de 1996, las Naciones Unidas declaran en 1999, con la resolución 54/120 I, el 12 de Agosto, como el día internacional de la juventud. Donde los jóvenes tienen la oportunidad de alzar la voz y hasta de manifestarse por las caducas políticas públicas que no han llegado a tocarlos.
Para los jóvenes, el 12 de agosto, solo es el día de las buenas intenciones, donde se escuchan bonitos discursos e informes a nivel local, estatal, nacional e internacional, al mencionarlo como el activo más importante para el desarrollo del país; también se señalan datos duros en cuanto a defunciones por violencia, drogas, desaparecidos, incremento de embarazos, suicidios; el acceso limitado a servicios públicos y hasta con cuanto sobrevive un joven al día, que es con menos de dos dólares.
En algunos estados de la República Mexicana, si bien les va a los jóvenes les organizan carreras deportivas, programas culturales, conferencias, cursos de capacitación, abren ferias del empleo, los dejan compartir sus experiencias, para que después guarden silencio por 364 días.
Porque decimos que es el día de las buenas intenciones, porque quien tiene la obligación de cubrir estas carencias y derechos, no es por desconocimiento, si no porque no quiere o no puede mejorar la situación de los jóvenes en México, brindando las oportunidades que están anhelando.
Por ello, en México, ser joven resulta terriblemente complicado debido a que las políticas públicas, no han sido lo efectivas como se han venido planteando, por lo que el joven considerado el futuro de México, solo se ha quedado en la antesala a la espera de oportunidades y todo parece indicar que seguirá esperando.

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