MEMORÁNDUM

*** Aligerar el equipaje mental

Gerardo Ruano Cástulo

Había previsto muchas cosas, en caso de alguna contingencia. Los riesgos de inundación eran amplios. Así lo advertían los boletines de la oficina de protección al ser humano. De tal manera, que con los constantes sismos, el mar saldría de su nivel y arrasaría con lo que encontrase a su paso. Por eso, tomó la decisión de cargar en su helicóptero, lo que consideró necesario para una salida de emergencia.

Era de madrugada, cuando un sismo de enorme magnitud le despertó. Segundos más tarde, comenzaron a sonar las alarmas para evacuar la zona. Se vistió rápidamente y fue hacia donde tenía el helicóptero. Prendió la aeronave e intentó elevarse. Fue inútil, llevaba sobrepeso. Decidió bajar algunas maletas de ropa. Al volver a intentar, el sobrepeso seguía impidiendo el despegue.

Siguió bajando cosas y seguía sin elevar el helicóptero. Entonces recordó que llevaba tres cajas, donde había guardado su riqueza. Muchas piezas en oro. Esa era la causa del sobrepeso. Pero se resistía a bajarlo. Hasta que las alarmas sonaron con mayor intensidad. No tuvo otra alternativa. Llamó a la familia que le ayudaba con el servicio y le ayudaron a bajar una caja. Intentó despegar y no se pudo.

Con el dolor de su corazón tuvo que bajar otra caja e intentar despegar con una sola. Ahora sí pudo elevarse. Al subir unos metros, volteó hacia abajo y vio a la familia, que por años le había servido, que se despedían de él. Estaban abrazados. De pronto, decidió regresar. Bajaron la última caja y les invitó a subir. Sin ningún problema, el helicóptero se elevó. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)

Es curioso, en la vida deseamos alzar el vuelo rumbo  a la felicidad y el éxito, y la mayoría de las ocasiones, no se logra por lo pesado del equipaje. Sencillamente, se llevan en él, cosas que no se necesitan. De entrada, las amarras más complicadas de soltar son las mentales. Muchas veces, el ser humano sigue casado con una idea y se aferra a ella. No la suelta, ni le deja y por eso el crecimiento no se registra.

Una mala actitud no ayuda a levantar el vuelo. Lamentablemente, la negatividad nos tiene invadidos. Las malas noticias son las que se difunden más ampliamente y se hacen mantener vigentes. Pasa lo contrario con las buenas noticias. Duran poco tiempo en el escenario. Hoy, por ejemplo, ya se habla menos de los secuestrados en Tierra Caliente, que regresaron ya con sus familias.

Una de las ideas, que más lastima al ser humano, tanto en lo personal como en lo social, es la espera de que otros sean los que generen el cambio. Es así, porque eso tiene un nombre y se llama irresponsabilidad. Lo más fácil siempre ha sido, etiquetar culpables y buscar los mejores pretextos y excusas.

Existe un sobrepeso en el equipaje mental. De entrada, para aceptar que el cambio comienza en cada persona. Cambio, al que hoy se apuesta desde el Gobierno del Estado.

La postura y actitud del Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, siempre ha sido, en franco apoyo de la corresponsabilidad. Es decir, que todos hagamos la parte que nos toca. Él, por su parte, hace lo suyo, fortaleciendo la coordinación con la federación, lo que se verá traducido en más eficacia en el rubro de seguridad y en una magna inversión que se viene, tal y como lo anunció junto al Presidente del País, Enrique Peña Nieto. 

Por su parte, la Sra. Mercedes Calvo de Astudillo, le brinda un lugar especial, al ámbito del crecimiento humano. Se ve en el impulso de todas las actividades que tengan que ver con esa materia. Es evidente, que tiene un gran compromiso, por impulsar un cambio positivo en la mentalidad de la gente.

Crecimiento mental es la palabra. El punto es, aligerar el equipaje, sacando de ahí, todas las ideas limitadoras.

POR CIERTO, un funcionario municipal con una magnifica actitud, es quien hoy despacha en la Secretaría de Desarrollo Social, Guillermo Reyes Villela. Desde esa trinchera, también implementa acciones, tendientes a impulsar el crecimiento. Esa es la cuestión.