MEMORÁNDUM

*** El sello que distingue

Gerardo Ruano Cástulo
Llego la mamá de las compras. Su pequeño hijo la recibió emocionado. Después del abrazo y el beso le dijo: “Voy a preparar la comida, en tanto tú terminas la tarea”. En eso, el pequeño volteó a ver las bolsas de las compras y observó una bolsita de chocolates. Su rostro se iluminó y expresó: “mami, quiero chocolate.”

La señora le abrazó con mucho cariño y le dijo al oído: “Anda ve a culminar la tarea, después comemos y de postre te voy a dar el chocolate.” No muy convencido, el niño se fue a seguir con sus deberes.
Pasó un ratito. Llamó la atención de la mamá, el hecho de que no escuchaba ningún ruido. Por tanto, salió de la cocina y fue al estudio a buscar al pequeño y no le encontró. De ahí, se acercó al baño y tampoco le vio. Enseguida la recamara y nada del pequeño.
Se comenzaba a preocupar, cuando de pronto vio algo que le llamó la atención. Era un pedacito de chocolate en el piso. Mirando con atención, vio que más adelante había otro. Checó las bolsas de la compra y su sospecha fue confirmada, ya no había chocolates. Fue siguiendo el rastro y le llevó al jardín de su casa. Ahí estaba su hijo. Junto a él, unos pequeños vecinos, cuyos padres atravesaban demasiados problemas económicos. Reían y disfrutaban del momento. Una lágrima de emoción brotó en la mamá, al ver aquellos rostros felices, con las marcas de los chocolates y con un aroma rico que corría a su alrededor.
Aquellas huellas, que primero le habían preocupado y hasta molestado, se transformaban en algo maravilloso. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
Cuando escribí ésta historia, lo hice recordando que los grandes líderes siempre dejan huella. Las personas estelares suelen dejar un sello o una marca. Existe algo en lo particular que les distingue.
En el ámbito político lo podemos apreciar. Así por ejemplo, recordar que hace unos días, en conocido centro social, el Líder Estatal del SUSPEG, Adolfo Calderón Nava, fue agasajado por familiares, amigos y compañeros de trabajo, con motivo de su cumpleaños. Fue una magnifica recepción. Se notó el calor humano.
En términos de impacto, la presencia de los hombres de confianza del Gobernador Héctor Astudillo Flores, como es el caso del Subsecretario de Administración, Tulio Pérez Calvo; el jefe de personal, Jaime Ramírez Solís; y la diputada local, Beatriz Alarcón Adame; es una manifestación elocuente de la buena relación que sostiene el Líder del SUSPEG, con el Gobierno Astudillista.
La asistencia de una inmensa mayoría de líderes seccionales, también reafirma los tiempos de unidad y fortaleza que vive su organización sindical. Para muestra, la fuerza mostrada y manifestada durante la lucha por el pago del bono por el fin de administración.
Los hechos hablan de un líder, Adolfo Calderón, que tiene una gran presencia, ante el Gobierno del Estado y al interior de su sindicato. Y que así también, goza de una buena imagen hacia el exterior.
Sin duda, fue una gran fiesta de cumpleaños. Más allá del menú, la bebida y la música que armó el baile, se nota el gran aprecio que ha ganado el Líder del SUSPEG. Es claro que ha sembrado y hoy la cosecha se ve en amigos. Mejor aún, tal poder de convocatoria, se puede entender en virtud del magnífico trabajo que desarrolla.
En apego a la historia, que da origen al tema, creo que es resultado del sello o marca que le distingue: “Una gestión Responsable”. Ese es el punto. La responsabilidad con qué ha actuado desde el primer minuto que asumió la dirigencia, ha generado muchas y buenas noticias para la base trabajadora.
Por eso, por ese sello que le identifica, Adolfo Calderón Nava, ha ganado y sigue ganando muchos amigos.      
POR CIERTO, alguien que también sabe de responsabilidad, es Omar Salazar Flores, actual Subdirector de Administración del Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense de Chilpancingo, quien hoy cumple a carta cabal con sus funciones. Y algo más, imprime su sello personal, de dar siempre una gran atención a las personas.  
DONDE TAMBIÉN, se ve el sello de responsabilidad, es en el área de Servicios de Salud de la Secretaría de Salud de Guerrero, en donde es titular Tomás Patiño Castro. Algo natural, porque esa es la marca, que ha distinguido al doctor, en todos los espacios donde ha tenido la oportunidad de servir. Y dicho sea de paso, siempre lo ha hecho, entregando muy buenas cuentas. Esa es la cuestión.

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