TUMBANDO CAÑA

Señor presidente, o todos coludos o todos rabones

Juan Antelmo García Castro
El martes pasado, por órdenes de la autoridad municipal, fueron desalojados los vendedores ambulantes que se habían asentado desde hace mucho tiempo en el andador comercial Zapata, del centro histórico de Chilpancingo, generando la inconformidad y protestas callejeras de los comerciantes informales, bloqueando por varias horas la Avenida Ignacio Ramírez y el acceso principal al edificio que alberga las oficinas del Ayuntamiento citadino…
La justificación que ofrecieron funcionarios del gobierno municipal a los medios de comunicación con relación al desalojo, es que se busca mejorar la imagen de la ciudad capital, puntualizando el alcalde Marco Antonio Leyva Mena que se actuó en estricto apego a las políticas de espacios públicos que su administración maneja, en las cuales se estipulan los espacios donde puede haber vendedores ambulantes y donde no…“Es el caso del andador zapata y el zócalo capitalino, lugares donde no se pueden plantar este tipo de comerciantes, a los cuales les mostramos diferentes vías para poder seguir llevando a casa el sustento para sus familias”, justificó Leyva Mena…Sin embargo, esta acción permitió que afloraran presuntos actos de corrupción en que incurren agentes deshonestos de la dirección de Gobernación Municipal, pues resulta que los vendedores ambulantes desalojados denunciaron que el permiso para que pudieran expender sus productos en la vía pública lo obtuvieron mediante un arreglo con el agente Abraham Nava Castro, a quien alrededor de 15 comerciantes informales le entregaron 5 mil pesos cada uno para poder desempeñar su actividad en el andador Zapata, por lo que exigen se aplique la ley contra este supuestamente deshonesto servidor público municipal, quien los habría engañado asegurándoles que no serían molestados por ninguno de sus compañeros de Gobernación municipal pues entre varios de ellos se repartieron los 75 mil pesos que los 15 comerciantes ambulantes le pagaron a Nava Castro y que incluso el mismo presidente municipal tenía conocimiento de ese “convenio”…Además, los ambulantes inconformes aseguran que aparte de los 5 mil pesos entregados individualmente, diariamente pagaban 20 pesos a la Dirección de Gobernación Municipal para poder vender, lo que cumplieron de manera puntual durante mucho tiempo en que los agentes les pasaron la charola para cubrir sus respectivos impuestos…Es preciso señalar que muchos abusivos comerciantes establecidos, que siempre están lloriqueando bajo el trillado e increíble argumento que toda la vida les va mal en sus actividades comerciales, se han posesionado no sólo de las banquetas sino hasta de media calle donde se ubica su negocio para expender mercancía, bloqueando el libre tránsito de transeúntes y automovilistas en una acción arbitraria e ilegal que contradice su lamento de “irles mal y de malas”, siendo por el contrario indicativo de que el negocio está prosperando, sin que la autoridad municipal tome cartas en el asunto, convirtiéndose esto en un añejo y fastidioso problema vial, por lo que mi estimado señor presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, urge poner a cada quien con su cada cual, es decir, en el espacio que estos marchantes tienen autorizado para uso exclusivo del comercio formal, rescatando también la autoridad municipal todas las banquetas y calles que se apropiaron ilícitamente influyentes mercachifles para utilizarlas como anexos de sus respectivos changarros, porque como reza el refranero popular: “o todos coludos o todos rabones”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario