MEMORÁNDUM

*** Trabajando para todos

Gerardo Ruano Cástulo
La competencia en remo estaba muy reñida. Todos sabían que las bajadas en los rápidos del río, definirían al ganador de la contienda. La expectación era enorme. Porque el circuito era de los más riesgosos y propio para los más expertos en la materia.

Cuando llegaron a los rápidos, la emoción se incrementó. Dos competidores iban por el trofeo. De pronto, la fuerza del agua, combinada con las rocas, hizo volcar a uno de los competidores. El competidor salió de la balsa. Alcanzó a sujetarse de una rama. Pero su destino era predecible. Ganaría el cansancio y el impacto contra las rocas sería inevitable. El lugar ya había cobrado algunas víctimas antes.
La única oportunidad de salvar la vida, estaba depositada en la voluntad del otro competidor, quien podía ir a la orilla, a costa de ser descalificado. Y ayudarle a salir. Lo accidentado del terreno, no permitía un acceso rápido a quienes seguían la competencia. Así, que la suerte estaba echada.
El otro, buscó la orilla. Decidió arriesgarse. Estiró el remo hacia donde estaba, quien lo tomó y después de unos minutos de lucha, consiguió salir del agua.   
Al salir, le dijo: “gracias”. En respuesta, escuchó lo siguiente: “No agradezcas, creo que si me hubiese pasado a mí, tú hubieses hecho lo mismo”. Ante eso, el que había estado en peligro expresó: “La verdad, si hubiese sido al revés, no habría sabido que hacer”. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.).
La gran mayoría sabemos que es lo mejor. Conocemos cosas grandes que podemos hacer. El punto es, que no hay mucha voluntad para sacrificar algo, a cambio de conquistar lo que queremos. Sin duda, la ley del menor esfuerzo tiene esclavizado al rebaño.
Las cosas que valen la pena, requieren de esfuerzo. De pagar un precio. Ser una magnifica persona, requiere renunciar a muchas cosas, entre éstas, a los aplausos y reconocimientos.
Hacer lo de siempre o lo más fácil es la regla del mundo de la normalidad. Con justa razón se dice, que es fácil amar a tus amigos, más no a los enemigos. Es decir, siempre es más fácil apoyar y ayudar a los tuyos, que a quienes no conoces.
EN MATERIA política, se entiende que es normal ver que un gobernante apoye principalmente a los de su partido, más no es lo que distingue a las personas estelares, quienes saben que no hay  ciudadanos de primera y de segunda.
Y esto segundo, es lo que caracteriza hoy al Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, quien encabeza un gobierno sumamente incluyente. Se ve en el apoyo que ha dado al puerto de Acapulco, que se diga lo que se diga, ha mantenido magníficos niveles de ocupación hotelera, en respuesta a la confianza que ofrece el Gobierno Astudillista. Y bien se sabe, que el alcalde es de filiación partidista distinta.
Hace escasos días, el mandatario estatal, Héctor Astudillo, visitó municipios gobernados por el PAN, y no llegó con las manos vacías. Entregó obras. Más apoyos llegaron a la gente. Y selló nuevos compromisos que se verán en obras de impacto social.
Antes de esto, el Gobernador Héctor Astudillo Flores, se reunió por separado, con los alcaldes que gobiernan los municipios de la entidad. El mensaje  fue bien claro: “En Guerrero se suman esfuerzos y se trabaja para todos”. Y después de hablar, se ve el respaldo de los hechos.
En Guerrero, hay un gobierno que es solidario con todos los municipios. Totalmente incluyente. Esa es la cuestión.

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