Madres y niños claman clases y acabar con la violencia en la Sierra


Chichihualco, Gro., diciembre 12 del 2018 (IRZA).- Unos dos mil niños y adolescentes cumplieron cuatro meses sin clases y, a pesar de la constante petición a las autoridades educativas de que se aplique un programa especial para que no pierdan su formación escolar, sus padres exigieron que haya una atención especial urgente.

Las clases en esa franja de la Sierra en comunidades de Leonardo Bravo (Chichualco) y la zona de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), se vieron suspendidas desde mayo, casi cuando finalizaba el ciclo escolar, debido a las constantes balaceras que se han registrado entre los dos grupos que se disputan la siembra, cosecha y trasiego de amapola y mariguana, de la que sobreviven más de 50 mil familias de esa actividad.
En agosto, cuando inició el nuevo ciclo escolar, hubo clases una semana y se suspendieron de nueva cuenta. Esta semana al menos dos mil estudiantes de preescolar, primaria, secundaria y de bachillerato cumplieron cuatro meses sin clases, y no hay visos de que se vayan a normalizar.
A los menores de preescolar y primaria eventualmente los atienden voluntarios que les dan talleres de manualidades, pero no de instrucción escolar, para evitar la pérdida del ciclo escolar.
Doña Ana, madre de una niña de 8 años de edad, de tercer año de primaria en la escuela de la comunidad de Los Morros, explicó que ahí al final del pasado ciclo escolar no hubo clausura. “No hubo un acto oficial, cambio de escolta y menos la entrega de papeles para nuestros hijos, porque nos dijeron que en este ciclo escolar que inició en agosto se iba a regularizar, pero sólo hubo clases una semana y se suspendieron”.
Indicó que tan sólo en esa comunidad hay 95 estudiantes de preescolar, primaria y secundaria sin clases, “sin contar a los muchachos de bachillerato que estudian en Filo de Caballos”.
Otra madre de un estudiante del bachillerato en Filo de Caballos, dijo que son más de 300 estudiantes sin clase desde agosto, además de una veintena de niños de preescolar, una treintena de primaria y otra treintena de secundaria.
Asimismo, Doña Antonia tiene dos niños en segundo y cuarto año de primaria en Campo de Aviación, y señaló que en esa comunidad que se encuentra sobre la carretera que comunica a Tlacotepec con Chilpancingo, hay sin clases 30 niños de preescolar, 38 estudiantes de primaria, 35 de secundaria e igual número de Bachillerato.
“Toñita” es la representante de las madres de familia de los niños y adolescentes que están sin clases desde hace cuatro meses, y refirió que “nuestros hijos son los menos culpables de esta triste situación que estamos viviendo”.
“Lo que pedimos al gobernador (Héctor Astudillo Flores) es que se ponga en nuestros zapatos y se imagine si su nieto estuviese como mis hijos, sin clases y desplazados de su casa. Le pedimos que tenga atención a nuestras familias y que cuando menos haya un programa emergente de atención a los niños y muchachos”, añadió.
Los testimonios de madres de niños y adolescentes de otras comunidades como Corralitos, Puentecillas, El Ranchito y Carrizal de Bravo son similares y demandan lo mismo: regresar a sus hogares y la pronta atención escolar a sus hijos.
Un niño de quinto año de primaria, acompañado de su mamá, de la comunidad de Los Morros, rompió en llanto en plena conferencia de prensa de las familias desplazadas. “Ya queremos tener paz, clases y que nos entiendan y atiendan”, clamó.
Lo cierto es que estos niños y adolescentes tienen cobijo, vivienda y comida de manera provisional, pero no atención en materia escolar y menos psicológica, por el hecho de haber sido víctimas del terror de las constantes balaceras y del desplazamiento forzado de sus hogares. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario