ZONA CERO

*Mayor justicia laboral en el ayuntamiento de Chilpancingo
Roberto Santos
MAL hacen los integrantes del sindicato del ayuntamiento al bloquear los servicios públicos municipales.
Realmente no están afectando al presidente si no a la gente que les da de comer. Sí, aquellos que pagan sus servicios y dejan dinero en las arcas municipales son quienes contribuyen a que las  nóminas se paguen. 

Es decir, los empleados del municipio atentan contra los intereses de la población, a quien se deben.
Por sus demandas salariales está paralizado el servicio de recolección de basura, algunas cajas de cobro y lo que es más absurdo, intentaron encerrar a los policías municipales en su cuartel.
Parece que el líder sindical está siendo rebasado por sus bases a las que ya no controla en sus acciones como las de ayer miércoles, que cerraron varias calles para afectar a la ciudadanía en sus actividades cotidianas.
Se entiende que las negociaciones se mantienen abiertas para buscar un punto de acuerdo, pero es absurdo que decidan cerrar las calles como ayer lo hicieron, trastocando las rutas de transporte y la capacidad de transitar para los vecinos de la desquiciada capital.
Parece que ya se volvió deporte por parte de los sindicatos paralizar el ayuntamiento y los servicios distintos que este ofrece solo para satisfacer sus pretensiones de ganar más, sin importarles la carencia de recursos para cubrir esas demandas. 
El de Chilpancingo es un ayuntamiento con una base laboral excesiva, y sin los suficientes recursos para poder cubrir los salarios de todos los que ahí trabajan.
Y aunque saben del déficit al que enfrenta cada mes y del esfuerzo que hace el presidente municipal para poder cubrir el salario del número de trabajadores sin techo presupuestal, parece que los sindicatos no conocen la solidaridad con la institución de la que han comido muchos años, y prefieren atentar contra la gallina de los huevos de oro para exprimirla al máximo y satisfacer sus intereses políticos y económicos.
En tiempos de crisis y de alto desempleo hasta parece una gran suerte tener un ingreso fijo.
El desempleo es cada vez mayor con los despidos de las estructuras burocráticas de las dependencias federales, que ya se cuentan miles engrosando el doloroso mundo de los que votaron para que la situación cambiara de manera positiva y efectivamente cambió, pero de la peor manera: perdiendo su empleo y sus ingresos con el que mantenían a su familia, con el que le daban estudios a sus hijos, con el que compraban medicina para sus padres o abuelos enfermos.
Nada más doloroso que perder el empleo de un día para otro y más por la decisión de aquella persona a quien le dieron el poder de decidir qué hacer con el destino del país.
El mundo al revés se revela cuando los sindicalizados saben que el recurso no alcanza para la nómina y aun así piden incrementos altos, exigiendo a la autoridad que endeude al ayuntamiento, pues solo así se cumplirán sus demandas.
Crecer la deuda la deuda institucional no es la opción.
Por eso es más valiosa la propuesta del presidente municipal Antonio Gaspar Beltrán, quien ha señalado ante los medios de comunicación de querer ser un presidente justo y nivelar el salario de aquellos que menos ganan. 
Hay quienes reciben de quincena mil quinientos pesos y otros hasta 18 mil pesos cada quince días, gracias a negociaciones sindicales y se han olvidado de esos trabajadores desprotegidos que siguen ganando una miseria. 
A ellos les pretende subir el sueldo poco a poco.
Está claro que hay que ser justos, y atender a quienes más lo necesitan, a quienes ganan una miseria, sueldos de hambre, y no seguir dándoles aumentos a quienes ya ganan sueldos altos. 
Eso sí sería justicia laboral.

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