MEMORÁNDUM

 *** Señales para escuchar y atender.

Gerardo Ruano Cástulo.

Es totalmente predecible, que el movimiento para que el Presidente López rompa el pacto no va a ceder. Lo peor, es que la situación toma tintes de violencia. Lo sucedido ayer en Iguala, no se trata de una simple agresión o altercado. Es una señal clara de que la lumbre pudiera hacer arder el horno. Escenario que nadie en su sano juicio desea.

Pero siendo honestos, el que Félix Salgado Macedonio, guarde silencio y dejé correr las cosas, no ha traído nada bueno para su causa, ni para bien del proceso de sucesión en Guerrero. No es posible, hay que decirlo, que el aspirante a candidato de Morena, porque aún no lo aprueba el órgano electoral, sea incapaz de dar certidumbre, ante la crisis que se ha generado en torno a su figura. El  asunto, se les ha escapado de las manos. Los cuestionamientos trascienden fronteras. En el país la imagen de Salgado Macedonio esta en el piso. En el estado, al margen de que va hacia abajo en las encuestas, sorprende su actitud permisiva, dejando el tema a la deriva, sin importarle, al parecer, la violencia que se transpira en las redes. Una confrontación que no cesa. Y que en lugar de apaciguar las aguas; solamente se están alborotando en detrimento de su mermada aspiración. Lo ocurrido ayer en Iguala, va más allá de la agresión o un altercado. Es llamado serio, para la toma de decisiones. El estado no merece ser un campo de lucha. La petición a que el presidente rompa el pacto, no es de cuestión de injerencia electoral; es porque en Morena, solamente sus chicharrones truenan. Por eso hacia él han enfocado las baterías. Y no sé, si vaya a romper el pacto, porque la terquedad es el sello de la casa. Pero no sé, si el estado merezca pagar los platos rotos. Lo de ayer, no es cosa menor. Un llamado a tiempo.

EN TANTO. En lo positivo de ayer, el Gobernador, Héctor Astudillo Flores, fue digno anfitrión del presidente del país y su homólogo de Argentina. En un evento solemne. Acorde a la importancia de los 200 años del Plan de Iguala, que sentó las bases del México Independiente. Un acto de altura, y que no podía pasar de largo, aún en medio de la pandemia; porque Guerrero es la puerta de la Independencia. Aquí se escribieron esas páginas doradas de la historia; con Vicente Guerrero Saldaña al frente. Con el escenario del valle de Iguala, cuna de la bandera más hermosa del mundo; la nuestra, la de México. Una celebración en momentos de contingencia, con un Gobernador de altura.

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