*Ello ha provocado inquietud en los Gobiernos y empresas energéticas de Estados Unidos y Canadá.
La polémica reforma eléctrica del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha causado malestar en Estados Unidos y Canadá, países con los que México inauguró el año pasado una nueva etapa de cooperación mediante el acuerdo comercial T-MEC.
Ello ha provocado inquietud en los Gobiernos y empresas energéticas de Estados Unidos y Canadá, pues, a su parecer, México se encamina hacia un monopolio eléctrico que vulneraría el acuerdo de libre comercio.
Ante esto, expertos advirten que el tratado prevé que los Gobiernos puedan convocar paneles para dirimir controversias en caso de detectar un trato discriminatorio, en este caso por dar preferencia a una empresa del Estado.
Pero López Obrador, quien ha prometido revitalizar las energéticas públicas CFE y Pemex, sostiene que su reforma no vulnera el tratado de libre comercio.
En varias ocasiones ha recordado que como presidente electo bloqueó en 2018 la negociación del T-MEC, entonces liderada por su antecesor Enrique Peña Nieto, hasta que se retiró del acuerdo todo un capítulo sobre energía.
Por ello defiende la legitimidad de la reforma, que impone suministrar primero la energía de las plantas viejas y de combustibles fósiles de la CFE sobre las centrales privadas de renovables y de ciclo combinado.
También ordena revisar de forma retroactiva los contratos previos del Gobierno con productores independientes de energía, además de cambiar las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CEL) para darlos a plantas viejas de la CFE.
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