Temen que colapsen las casas del Nuevo Mirador

 Familias que fueron reubicadas en el fraccionamiento Nuevo Mirador, tras la devastación que generaron el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel en el año 2013, denunciaron que a cinco años de estar habitando los departamentos que les entregó la SEDATU, temen por su integridad física pues las viviendas se están hundiendo y yendo de lado, además de que presentan filtraciones de agua.

La señora Remedios Barragán Rojas, quien es habitante de la manzana 2 “A” indicó que en el 2015 cuando fueron reubicados se les indicó que cualquier problema con la construcción de inmediato sería atendida y durante un corto tiempo así lo hicieron, se presentaron agrietamientos y acudían a ponerle sellador y resanarlos, pero solo fueron reparaciones temporales que en poco tiempo eran superadas pro los daños y se requerían más.

Después de algún tiempo la empresa dejó de enviar a reparar los daños que cada vez son más visibles, “El suelo no es apto para este tipo de construcción porque es arcilloso y tiene movimientos continuos, entonces eso ocasiona que los edificios se estén yendo de lado, que se agrieten y tengan más problemas”.

La mujer indicó que las lluvias que dejaron a su paso las tormentas Dolores y Enrique durante las últimas dos semanas generaron nuevas afectaciones que los mantienen con temor de que los edificios pudieran colapsar.

Recordó que dos manzanas de edificios tuvieron que ser demolidas porque se agrietaron al grado de no poder ser utilizados, también obligó a la SEDATU a construir un muro de contención, pero las viviendas siguen siendo construcciones endebles que no garantizan su estabilidad.

Los quejosos mostraron sus viviendas en las que se tiene filtraciones de agua debido a que la densidad del concreto no logra detener el escurrimiento, además de que las grietas dejan entrar abundantemente el agua.

“Las filtraciones incluso podríamos ponerle algo para taparle, pero los hundimientos no hay nada que podamos hacer”.

Destacó que Protección Civil del estado ha acudido en varias ocasiones a revisar el asentamiento, y emitió recomendaciones que declaran como zona de alto riesgo los edificios pero la SEDATU se niega a intervenir para repáralo incluso ha cerrado sus oficinas que tenía aquí en Chilpancingo y si los habitantes quieren hacer algún reclamo tendrán que ir hasta la Ciudad de México.

“Hemos ido a buscar la oficina que tenían, pero nos dicen que desde hace más de dos meses que no pagan la renta y nadie se ha presentado a trabajar”.

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