COCAINA: Los estragos amargos de mí adicción.
Por Ernesto Salayandía García
A mí, la cocaína me arruinó mi vida, me robó la armonía, mi paz, dañó severamente mi mente, me enfermé, me volví loco, gracias al abuso desmedido en mi consumo, me robó el sano juicio, mis actitudes fueron en muchos casos incongruentes, infantiles, extraños, le di todo el poder a mí adicción, dominó por completo mi vida, fue la cocaína, mi novia, mi amante, mi esposa, mi compañera, mi amiga, lo fue todo, le juré amor eterno, le entregué lo mejor de mi vida y me tumbó al sótano, casi me mata, fueron segundos, minutos, horas, meses, años que le regalé y me arruinó la vida, descalcificó mis huesos, se llevó mis dientes, junto con la vitalidad de mi hígado y páncreas, por supuesto, me abandoné a mí mismo, esta maldita droga es sumamente obsesiva y créelo, cuando me echaba el primer pase después de haber tenido 5 o 7 días de abstinencia, lloraba de impotencia porque ya sabía que no iba a parar en días enteros, que me iba a estar atacascando, inhalando cada 20 minutos y sucedería lo de siempre, no comía, no dormía, no vivía y mi corazón y mente totalmente acelerados, enclochado, sin poder mover la mandíbula, las manos entumidas, la lengua atorada y caía a la cama, agotado con las fosas nasales tapadas de tanta porquería, casi sin poder respirar.- Hoy sé, que sí se puede con la cocaína, al menos, solo por hoy, podré con cualquier obstáculo que impida mi libertad y vivir mi vida feliz y en armonía.