El inventario escultórico y muralista de Zihuatanejo
En noche de insomnio, envuelto en el manto nocturno costeño, se viene a la mente como torrente pluvial que refresca la memoria, como proyectar turísticamente a Zihuatanejo y asociar esta ilusión al gusto por el arte y la literatura, incluyendo al periodismo; allá por la madrugada, en medio de los sonidos del silencio, recuerdo el conocimiento que tiene el mejor promotor cultural que tiene nuestra hermosa Costa Grande: Jesús Gómez, que a este atributo le adiciona, como receta contra la tristeza y la depresión, su visión “izquierdosa” de los sistemas de producción, sus vivencias populares tanto familiares, institucionales y comunitarias, donde salen a colación sus compadres queridos y una extensa gama de peripecias vivenciales tanto en el magisterio, en la política y en el campo artístico, sobre todo en los terrenos de la escultura y la pintura.