No abandona la cruz
Benedicto XVI sigue con nosotros, lo hace tras las huellas de Cristo, con la firme convicción de que ha de brotar un renovado proceder en la vida de la Iglesia. Dice que estará oculto, pero sin abandonar la cruz. Desde luego, esta intimidad con la cruz, sólo se acrecienta con una vida de meditación. O sea, que estará en el mundo, pero despojado de mundo. A mi manera de ver, partiendo de la necesidad de este encuentro interior, seguro que motivado por el fermento evangélico, se encamina a una renovada misión. A veces, pienso que tenemos que caminar más allá de los rituales físicos visibles.