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Por Arturo Parra Ochoa

Indolente Sector Salud

Hasta el secretario de Salud, José Angel Córdova Villalobos, llegaron las voces que denunciaron la indolencia, la irresponsabilidad y la insensibilidad de quienes atienden a los enfermos en instituciones médicas del Sector Salud, tanto de Guerrero como a nivel nacional, luego del sentido deceso de dos jovencitos del CBTIS 134 de Chilpancingo, presuntamente por la influenza.
Y consignamos que presuntamente porque al menos a la familia del menor Alejandro Etanus Matildes Nava, de escasos 16 años de edad, que sufrió los días más difíciles de su vida, como lo comenta Luz Fabiola Matildes Gama, funcionaria del IFE y tía del infortunado estudiante, primero les dijeron que pudo haber sido dengue hemorrágico, luego que influenza y finalmente pulmonía fulminante.
Pero eso no es todo, relató cómo sufrieron para que su familiar fuera atendido, con suma indolencia tanto en la capital del estado como en la ciudad de México, en hospitales públicos incluyendo el Centro Médico La Raza del IMSS (de tercer nivel y uno de los mejores de especialidades a nivel internacional), situación que sabemos no es nueva pero duele y da coraje porque los eslóganes de “calidad y calidez” en la atención no se reflejan realmente en el servicio que se presta en esas instituciones de salud.
Matildes Gama, quien se tituló en la Facultad de Derecho de la UAG en Chilpancingo, narró a muchos ese amargo capítulo de su vida, y el caso lo hizo llegar al diputado federal Fermín Alvarado Arroyo el doctor en derecho, catedrático universitario y escritor José Gilberto Garza Grimaldo, para que a su vez lo transmitiera al secretario de Salud, Córdova Villalobos, esperando que tome cartas en el asunto.
De inmediato, mensajes como “El Sector Salud nacional y el de Guerrero indolente, insensible e irresponsable”, “Te cobran por todo, no te atienden y te dejan morir”, “Hay que hacer algo. Cuando menos alcemos la voz”, “Es grave la indolencia de las autoridades y del Sector Salud estatal de Guerrero”, “Señor Secretario, haga algo, la gente y lo más grave nuestros niños se nos mueren, no de influenza ni de dengue, sino de la desatención e indolencia del Sector Salud que está a su cargo”, llegaron de diversos correos electrónicos en solidaridad con la familia del menor Alejandro Etanus.
Hay una coincidencia en los señalamientos: Autoridades y personal médico del Sector Salud no están siendo muy responsables, pues ocultan información respecto a la Influenza. Ahora la disfrazan de pulmonía u otras bacterias, pero lo cierto es que en las clínicas no hacen prueba alguna, dicen en los correos electrónicos que les dan cualquier diagnóstico, sin cerciorarse realmente de qué se trata su padecimiento.
Y no es para entrar en pánico, pero sí para tomar las medidas preventivas necesarias, y seguir cuidándonos respecto a la protección ante la Influenza o cualquier otra bacteria o virus. Luz Fabiola Matildes escribió lo siguiente:
“Gracias por sus muestras de condolencias de aquellos quienes se enteraron de la desgracia por la que atravesamos nuestra familia desde el pasado jueves 15 de octubre. A quienes no se enteraron, les hago partícipes de esta lamentable noticia, ya que mi sobrino Alejandro Etanus, hijo de mi hermano Fito, de apenas 16 años de edad, perdió la vida.
El propósito de este correo -aparte de expresarles mi agradecimiento a sus muestras de solidaridad- es para alertarlos de que estén muy atentos a que si alguien de su familia o amistad presentan signos de tos, gripa, dolor de cuerpo o vómito, acudan de inmediato al Centro de Salud más cercano. Aunque les aclaro, el acudir a un Centro de Salud no les garantiza que los curen. Algo está pasando con nuestras autoridades, amigas y amigos... y no sé qué es lo que sucede.
Hospitalizamos a mi sobrino Etanus el pasado domingo 11 de octubre aproximadamente a las 11:00 am. Le manifesté al pediatra que tenía mucha tos y que había vomitado sangre; fui yo porque mi cuñada estaba en Querétaro y mi hermano trabajando. Había tanta gente en el hospital que lo único que hicieron es tenernos en un cuartito de 2 x 2 metros y tomarle una muestra de sangre. Al ver sus plaquetas tan bajas (después de casi 4 horas de haber ingresado) me dijeron que tenía dengue hemorrágico.
Lo ubicaron en una cama hasta las 3 am del día de lunes. Mi sobrino Etanus era un niño fuerte (medía 1.78 metros y pesaba poco más de 70 kilogramos)... ¡Comía que daba miedo!, era seleccionado estatal de handball y basquetbol (séptimo lugar en la Olimpiada Nacional 2009), tenía una excelente salud y físicamente estaba en inmejorables condiciones.
Lamentablemente cada día que pasaba, lunes, martes y miércoles, fue empeorando. Los antibióticos nada pudieron hacer. El mismo miércoles después de tenerlo en terapia intensiva los médicos nos dijeron que nos lo lleváramos a México, pues en el Hospital Regional de Chilpancingo no podían hacer ya nada más. Del mismo hospital llamaron al Instituto de Enfermedades Respiratorias en el DF y no hubo un solo lugar para hospitalizarlo.
A las 23:30 horas salimos de Chilpancingo en una ambulancia de cuidados intensivos rumbo al hospital La Raza, con la esperanza de que lo iban a salvar. Al llegar nos dijeron que lo entubarían, que era lo único que podían hacer. Murió a las 03:15 del jueves 15, en el procedimiento de entubación, de un paro cardiorespiratorio. Tenía sólo 16 años y una vida por delante.
A partir de la noticia, -y con el dolor a cuestas-, nos dimos a la tarea de pedirles a las autoridades de ese hospital que nos tomaran a quienes estuvimos cerca de Etanus la muestra de la Influenza, ya que tuvimos en contacto con él. Nos mandaron de un lado a otro, a trabajo social, al área administrativa, con el médico de guardia, vayan a epidemiología. Total, amigas y amigos, que nos dieron los 9 de la mañana y nadie nos “peló”.
Tuvimos que salirnos del hospital porque la ambulancia con el cuerpo de mi sobrino ya estaba afuera y nos estaban esperando. Nadie nos impidió salir, nadie nos detuvo, nadie dijo nada. Con la gente que alcancé a platicar me comentaron que también sus familiares -hermano, esposo, cuñado- habían muerto de una fuerte tos y gripa. El diagnóstico de todos, incluido Etanus, según las autoridades médicas: Pulmonía fulminante.
Les narro lo días más terribles que he pasado en mi vida para que -en la medida de lo posible- tomen sus precauciones. Cualquier malestar o indicio de tos, acudan al médico. No lo dejen pasar”. Les mando un fuerte abrazo: Luz Fabiola.
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