FORO POLITICO

Por Salomón García Gálvez

JAIMES HERRERA, INSOSTENIBLE.
El nuevo titular de la Secretaría de Salud en Guerrero, Antonio Jaimes Herrera, arribó muy defenestrado al cargo, luego de su cuestionable y gris actuación como alcalde de Iguala donde la Auditoria Superior de la Federación (ASF), detectó en las últimas horas presuntos desvíos y malversación de recursos federales, por un monto cercano a los 60 millones de pesos.
El escándalo apenas se inició, luego del negativo informe de la ASF, porque a la fecha el ex munícipe igualteco, Jaimes Herrera, no ha podido solventar y comprobar gastos cercanos a los 60 millones de pesos.
Sin embargo, se le premió nombrándolo Secretario de Salud en la entidad pero su presencia ahora daña severamente a la administración estatal que encabeza el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo.
En la zona norte de Guerrero, al médico y ahora secretario de Salud, Jaimes Herrera, se le ubica como el ex munícipe que le regresó la alcaldía de Iguala al PRI, durante la pasada elección local de octubre del 2008, donde el PRD fue sacado del palacio municipal.
Raúl Tovar Tavera, alcalde de Iguala, en tiempo y forma, denunció ante el Congreso Local que su antecesor -Jaimes Herrera- no procedió a la entrega-recepción de la comuna y eso evidenció que las cuentas están muy “chueca$” porque existe un presunto delito de peculado en el orden de los 60 millones de pesos, atribuibles al ex edil perredista, quien  traicionó a su ex protector e impulsor en política: el senador Lázaro Mazón Alonso. El secretario de Salud, chaqueteó y abandonó la tribu perredista a que la pertenece su ex jefe, el senador de la República.
Quien traiciona una vez, lo hace siempre. Jaimes Herrera, mancha la administración que encabeza el mandatario estatal Torreblanca Galindo, a quien no le quedará otra alternativa: destituir al flamante secretario de Salud, Antonio Jaimes Herrera.
El ahora secretario de Salud, parece que heredó las malas mañas de su progenitor, el ex alcalde priista de Iguala (década de los setentas) Antonio Jaimes Antúnez, quien en su momento fue denunciado de haber saqueado la tesorería de esa comuna, pero entonces fue protegido por la sucia red de complicidades de las cúpulas del poder.
VALENZO, DIPUTADO “NÁYLON” Y “GRILLO”.
No gestiona ninguna obra para el Distrito 02 de Tixtla, jamás les lleva apoyos a sus representados, y menos les resuelve  conflictos a los ciudadanos de esa jurisdicción; sin embargo, el diputado local priista Rubén Valenzo Cantor, arenga a la violencia y promueve la ingobernabilidad en contra del gobierno municipal.
Este legislador, quien se disfraza como campesino y porta sombrero desde que arribó a la 59 Legislatura, en las últimas semanas se ha dedicado a grillar y a promover brotes radicales en la cabecera municipal de Tixtla, en contra de las autoridades de ese histórico municipio.
Valenzo Cantor, incluso, asesora jurídicamente a grupos de tixtlecos -nostálgicos del poder-, para que elaboren documentos en contra de la comuna municipal de Tixtla y el alcalde priista, Jorge Luis Campos Espíritu. Las denuncias llegan al Congreso Local, pero allí son desechadas por las comisiones respectivas, por falta de sustento y pruebas de supuestas irregularidades.
El irreverente y avaro diputado “campesino náylon”, atesora íntegramente su jugoso salario, al más burdo estilo de su colega Guadalupe Gómez Maganda. Además, de manera ridícula conduce un viejo automóvil Volkswagen –carcacha de los años setentas-, para (mal) aparentar ante la ciudadanía que “es de condición pobre y humilde”, lo cual es una soberana mentira pues este farsante gana cientos de miles de pesos mensualmente.
Quienes votaron por este legislador en el distrito 02 de Tixtla, Quechultenango, Mochitlán y Apango, han de estar más que arrepentidos por la inutilidad y voracidad del grillo, quien es un siniestro representante que sólo promueve acciones radicales en la zona que dice representar ante el Congreso Local… Punto.
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