Inventan delitos contra clientes en la Bodega Aurrerá de Zihuatanejo

* Denuncian a la jefa de seguridad o subgerente, Margarita Serrano

Zihuatanejo, Gro.- En la bodega “Aurrera” de este centro turístico se promueve el hostigamiento, la tiranía y el abuso, además de inventar delitos de robo contra los clientes o turistas que ahí acuden a realizar sus compras.
Lo anterior fue denunciado por clientes de dicho establecimiento comercial y se dijeron víctimas de vejaciones y maltratos por parte de la señora Margarita Serrano Ramos, quién se identifica como sub-gerente, jefa de seguridad y supervisora de la Bodega Aurerrá de este lugar, y quién de acuerdo con los testimonios, ésta persona inventa robos a los clientes para después llamar a la policía y mandar a la cárcel a personas inocentes.
Un grupo de personas directamente afectadas y otras representantes de familiares vejados como la señora Rafaela Gutiérrez Brisco, Ventura Puente Regalado, Praxedis De la Rosa, Saturnino Valdeolivar y Carmela Plancarte, coincidieron en que la sub-gerente o jefa de seguridad  de la Bodega Aurerrá, Margarita Serrano, “nos trató muy mal y nos inventó delitos porque supuestamente nosotros robamos algunos productos de la tienda cuando no era verdad”.
Maximino Elías otro de los afectados dijo que recientemente acudió a comprar su despensa en la bodega Aurrerá, y que después de pagar una cantidad cercana a los seiscientos pesos en la caja, “cuando me disponía a salir sonó la “chicarra” del lugar y el de seguridad me pidió que le mostrara el “ticket” y así lo hice, me pidió que volviera a pasar por la puerta y volvió a sonar la chicarra, por lo que llegó esa señora que dijo que era la jefa de seguridad o supervisora, nos hizo que sacáramos todas las cosas que habíamos comprado y al revisar había una crema para la piel y dos jugos que por error de la cajera no fueron cobrados, así es que le dije que no había problema que los podía pagar en ese momento”.
Sin embargo, el afectado comentó que inexplicablemente Margarita Serrano se puso furiosa y le comenzó a gritar que le estaba robando, y que después de insultarlo verbalmente llamó a la policía para que se lo llevaran detenido, aunque finalmente gracias al testimonio de la cajera quién aceptó su error, no se lo llevaron a la cárcel, y tuvo la fortuna de no ser otro de los muchos que han caído presos por las injurias de la subgerente de la Bodega Aurrerá.
Sobre el tema, jueces calificadores de la dirección de seguridad pública y agentes del ministerio público del fuero común, coincidieron en señalar que gracias a Margarita Serrano, de quién dijeron tiene su domicilio en la colonia 24 de Abril, se les ha incrementado considerablemente su trabajo debido a que “por un par de sandalias, por un pollo, por una crema o por cualquier producto menor que dice le roban en la tienda, llama a la policía y exige con sus abogados para que se inicie un proceso penal” en contra de personas que en la mayoría de los casos son humildes y de escasos recursos económicos, y “no necesariamente se dedican a robar”. 
Uno de los fiscales comentó que “desgraciadamente uno tiene que hacer su trabajo”, y pese a las insignificancias de los productos que presentan como robados, tienen que proceder con la integración de averiguaciones previas, “cuando todo se pudiera arreglar en que los detenidos pudieran pagar por lo que supuestamente sustrajeron como lo hacen en la Comercial Mexicana”.
Incluso se mencionó que algunas de las personas que no tienen para pagar la fianza por el robo de un producto de muy poco valor, se han tenido que meter a la cárcel y ahí permanecen hasta la fecha.
Un fiscal dijo, “la mayoría de los presuntos inculpados de robo aseguran en sus declaraciones que la sub-gerente, jefa de seguridad o supervisora, Margarita Serrano, les pone artículos demás de los que supuestamente robaron”.
Algunos de los afectados ya se están asesorando con abogados y están estudiando la posibilidad de contra demandar a la “Bodega Aurrerá” o a la subgerente Margarita Serrano, ya sea ante la comisión de los Derechos Humanos o ante las autoridades correspondientes por la serie de abusos que han venido cometiendo en ese centro comercial.