LA RUEDA DE LA FORTUNA


La PJGE a prueba

La prueba de fuego para el procurador de justicia del estado de Guerrero Alberto López Rosa, es el cobarde asesinato de Javier Torres Cruz, sucedido en la tarde del lunes 18 de abril, reconocido porque tuvo los arrestos necesarios para denunciar valientemente en la Procuraduría del DF al narcotraficante Rogaciano Alba (ex – presidente municipal priísta de Petatlán y que hoy se encuentra preso por narco el penal de La Palma, acusado de delincuencia organizada, contra la salud y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército) como autor del asesinato de la abogada Digna Ochoa.

El campesino de la sierra de Petatlán Javier Torres Cruz, al momento del percance criminal iba acompañado de su hermano Felipe, quien tuvo mejor fortuna que Javier al solo quedar herido de las balas disparadas por sicarios y según se dice, a las órdenes del ex – alcalde municipal de Petatlán y ex - presidente de la Unión Regional Ganadera de Guerrero. Curiosa y extrañamente, las autoridades encargadas de la seguridad como la Policía estatal y soldados del 19 Batallón de Infantería, no prestaron el auxilio correspondiente.
Las organizaciones no gubernamentales Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco) y el Colectivo contra la Tortura y la Impunidad (Ccti), inmediatamente alzaron su voz para protestar por este atropello criminal y demandaron al gobierno estatal y federal la investigación del caso y el castigo a los responsables. Acusan que “el asesinato de Javier Torres Cruz es resultado de la estrategia de despojo y explotación de los grupos de poder económico y político, que en contubernio con los malos gobiernos, es decir, la verdadera delincuencia organizada, mantienen una guerra de exterminio de pueblos y comunidades en distintos lugares del país y en particular en la sierra de Guerrero”. “Javier Torres se resistió hasta donde pudo, pero finalmente sucumbió a la represión de sus enemigos dirigidos por Rogaciano Alba Álvarez, encubiertos por el Estado; a la traición de su propia esposa víctima del chantaje y el terror de las amenazas contra su familia; al desprecio e indiferencia cómplice del Estado que nunca le otorgó las medidas cautelares solicitadas ni los servicios que su comunidad reclama para romper el cerco de la marginación”.” Javier Torres es una víctima más de la criminalización de la lucha social y de la llamada guerra del narco, de esa guerra de capitales oscuros donde el Estado ha tomado partido y el gobierno de Calderón es parte de los contendientes, coludido con los grupos de poder político y económico integrados en las cúpulas de los partidos y en los grupos empresariales”.
Este cobarde y alevoso crimen, está fuertemente ligado al asesinato de la defensora de derechos humanos Digna Ochoa y Plácido, el cual hasta la fecha no ha sido esclarecido, aunque las sospechas están cargadas hacia Rogaciano Alba.
El procurador Alberto López Rosas, sabe bien que este asesinato no es de los que se cometen a diario en el estado de Guerrero, sino que sus repercusiones van más allá de nuestras fronteras mexicanas, dado el carácter y significancia que el occiso representaba ante la ciudadanía. De ahí que al fiscal guerrerense, le urja llegar hasta los homicidas, ya que así y solo así, los guerrerenses empezaremos a soñar que la Justicia guerrerense ha quedado en buenas manos….HASTA PRONTO.
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