MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** Semana Estatal; detección de obesidad

Según los biógrafos de Mahatma Ghandi, uno de sus principios que lo hicieron diferente y mejor ser humano, fue el ayuno y cuidado de su alimentación. El líder hindú sostenía que el dominio del paladar es el primer paso para avanzar en la ruta del éxito. Nada más cierto. Por la boca entra gran parte de la perdición del ser humano. Los altos índices de enfermedades crónico degenerativas, así como la enorme cifra de personas que deambulan por el mundo como muertos vivientes, tiene mucha relación con lo que llevaron al interior de su organismo. El mejorar la alimentación cambia la vida. Hace mejores personas.
Así es.
El personaje histórico y de gran impacto, Mahatma Gandhi, según las biografías, entendía que si lograba dominar el paladar, podía alcanzar todas las metas que se propusiera. De entrada, una buena alimentación, libre de cosas nocivas, genera un mejor estado de salud, y con ello mayor energía y concentración para lograr grandes desafíos. Entendía aquél mensaje: “¿De qué le sirve al hombre salvar al mundo, si él se pierde?”. El primer paso, no está afuera, sino dentro de cada persona.
En México son alarmantes las cifras de enfermedades relacionadas con una pésima alimentación, y muchas de éstas vinculadas a las principales causas de muerte. Ahí están como ejemplo la diabetes y males cardiacos. Lo que ha originado, el establecimiento de políticas públicas que buscan mejorar los hábitos alimenticios de la gente, puesto que existe, un grave problema de salud pública por atender.
No se trata solamente de obesidad y sobrepeso. La mala alimentación también genera problemas graves en la mente y espíritu de la persona. La capacidad para generar ideas y propuestas disminuye, así como la energía y vitalidad de un espíritu, que sea capaz de mover al ser humano, hasta donde éste se lo proponga. La falta de dominio del paladar somete al hombre. Lo vuelve voluble y falto de carácter. Hasta ubicarlo, en muchas de las ocasiones, en el terreno de la desesperanza y la indiferencia. Y una persona sin aspiraciones, no es más que un muerto viviente.
Por eso, es bueno que desde el Gobierno de Guerrero se impulsen con vigor las acciones para ir disminuyendo los índices de obesidad y sobrepeso. Es una buena noticia, que el Gobernador Ángel Aguirre Rivero, y su esposa, Laura del Rocío Herrera de Aguirre, presidenta del DIF estatal, estén enfocando gran parte de su esfuerzo en esa dirección. Y más aún, que el apoyo se ve reflejado en la aplicación de recursos, para fortalecer éstas tareas.
Hoy se vive en la entidad, la denominada semana nacional para la detección de la obesidad y el sobrepeso, el asunto no es generar estadísticas para saber más sobre la gravedad del problema, sino la de poner a la mano de la gente un plan para mejorar su calidad de vida y frenar el advenimiento de un futuro lamentable, en elquepudieranaparecerenfermedadescrónicodegenerativas.
En el DIF Guerrero, desde la llegada de la Sra. Laura del Rocío Herrera, se ha trabajado arduamente en la ruta de combatir la obesidad y el sobrepeso. Se ha impulsado una campaña fuerte para buscar erradicar el consumo de refrescos y productos chatarra, que en poco ayudan a la nutrición del cuerpo. Y del mismo modo, se ha apostado por la activación física, por medio del ejercicio, entre éstos el baile.
El gobierno Aguirrista hace su parte, en éstas tareas de salud pública. El asunto es: ¿La gente está dispuesta a dominar el paladar, en aras de ser mejores seres humanos y contar con una mejor calidad de vida? Esa es la cuestión.

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