RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabia
Profra. Hilda Flores Solís, hasta siempre
El desenlace fatal de la profesora Hilda Flores Solís, ocurrido anteayer en el hospital “Juventino Rodriguez” de Atoyac de Álvarez, ya se esperaba. Su longeva edad y la marginación a la que fue sometida durante los últimos años, hicieron de ella, una presa fácil para la enfermedad  que le privó su vida.  Su eterna condición de ser una luchadora social, cobra hoy  más que nunca, más intensidad de gran significancia y valía, pues el legado social que ha dejado tras de sí, es una gran y ejemplar enseñanza para todo aquel o aquella, que se jacte de buscar el bien colectivo.

Era la única persona expresiva del municipio de Atoyac del movimiento político que representó el guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, que aún se podía blasonar, pero nunca se le brindaron las atenciones adecuadas y merecidas que el personaje aludido abonó en su juventud.
Su fuerte y determinada convicción ideológica de Izquierda, fue más fuerte que las torturas a que fue sometida por  el Gobierno, luego de los hechos gubernamentales vergonzosos y criminales acaecidos el 18 de mayo de 1968, en el Zócalo de Atoyac de Álvarez, a la profesión que guardaba: profesora de Primaria.
El Gobierno, le quitó la licencia profesional como profesora, pero no así, la dignidad, la vergüenza y el decoro, esos distintivos que muchos o a muchísimos que se pavonean de ser de Izquierda, carecen, pero que simulan muy bien.
Durante el gobierno municipal de Atoyac de Álvarez de Pedro Brito García, avecindado perredista, se instauró el Premio “Hilda Flores Solís”, dedicado a la mujer mas destacada del ámbito político municipio en mención. La profesora Flores Solís, lo estrenó, airosa y gallardamente, pues su presencia, enalteció aún más, el evento, inédito en la historia atoyaquense.
Por cierto, este evento referido, se había venido dando año, tras año, salvo el año actual, enmudeció; este acto, no mereció la importancia debida como para otorgárselo a la mujer más destacada del municipio de “marras”.
No obstante su relevancia de dignidad y otros atributos de calidad que marcan el honor, la desencia, la humildad, la sencillez y la honestidad, no se supieron valorar en tiempo y forma, la relegaron acre y amargamente de alguna forma, llegándose a tener que recurrir a un albergue para ancianos, donde por presiones, el ayuntamiento municipal perredista  de Bello Gómez, precisó de su manutención, de donde finalmente salió enferma el pasado sábado, de neumonía, hacia el hospìtal regional “Dr. Juventino Rodriguez”, lugar en que el pasado miércoles, murió.
Ayer, luego de una ceremonia y palabras alusivas a su figura, sostenida en el Zócalo de la ciudad, y frente al obelisco donde descanzan los restos mortales del comandante Lucio Cabañas Barrientos, se le trasladó hasta el sitio de su sepultura, en Atoyac de Álvarez.
Ahora sí, estarán a la orden del día, los reconocimientos que enaltezcan su figura, pero ni que hacer, es lo menos que se podría realizar….HASTA PRONTO.

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