MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** En el pecado, ¿Llevarán la penitencia? 

Según la moral, existen cuatro formas de cometer un pecado: pensamiento, palabra, obra y omisión. En el caso de la vida cotidiana, es la forma que puede determinar el crecimiento de las personas y los proyectos. La mente debe crecer, el lenguaje debe ser eficaz, las obras deben ser para servir, y finalmente, no se puede huir de las responsabilidades. Lo que adaptado a los asuntos políticos, se debe traducir en una sola palabra: Evolución.
Situación a la que se han resistido los partidos políticos, que siguen viviendo desfasados, siendo en Guerrero, uno de los más atrasados, el PRD, con todo y que hoy es gobierno en la entidad.
Así es. Con todo y el cambio de tribus a corrientes, es evidente que el Partido del Sol Azteca presenta enormes rezagos. No existe una mentalidad de apertura y sus círculos siguen siendo extremadamente cerrados, en los que, hay que decirlo, sólo unos pocos son los que deciden y tienen la sartén por el mango, gracias a lo que se han despachado con la cuchara grande. Bien se dijo en su momento, que éste partido es una mala copia del PRI. 
Al PRD le ha costado trabajo ser gobierno, su lenguaje como partido en el poder, no es congruente con la problemática que hoy se vive y respira en la entidad. Se aprecia la lucha de intereses. En la que, como siempre, las corrientes buscan llevar agua a su molino. Lo que también se ve reflejado en sus obras, en donde su acercamiento con la ciudadanía no se palpa de alto impacto. Sus nuevos liderazgos crecen más por rebeldía al esquema, que por impulso real desde el seno de ese partido. Y la prueba máxima de esto, es que para las próximas elecciones de Gobernador, dependen de dos cosas: Un candidato mesiánico y una gran dosis de buena suerte. Tan simple, como decir, que si el senador Armando Ríos Piter dejara a ese instituto político, para encaminarse por otra vía, sería un golpe mortal para el PRD.
En el partido del Sol Azteca, no han sido capaces de interpretar el mensaje de las elecciones de 2011, en donde de manera milagrosa mantuvieron la gubernatura. No por la cantidad de votos, porque fue amplia la ventaja. Sino porque la candidatura de Ángel Aguirre Rivero les cayó del cielo. Y ante eso, se imponía aprovechar el tiempo para evolucionar. Para crecer mentalmente, en la capacidad de comunicar, en la forma de operar, y en trabajar para sacar adelante las asignaturas pendientes.
Los pecados cometidos por el PRD, en contra de la evolución, les pueden costar demasiado caros. De entrada, porque ya hay división en la izquierda con la incursión de López Obrador y su partido MORENA, que amenaza con hacer un boquete grande al perredismo de Guerrero. Desde el PT ya se habla de que irían solos en las elecciones de 2015. Y si el alcalde de Acapulco, opta por ir como candidato a la gubernatura, crece más la ruptura.
Y en medio de todo esto, se encuentra el otro factor, que desde la esfera nacional, se vislumbra que el PRI tendría especial interés por ganar en Guerrero. Y sería así, porque éste estado representa uno de los bastiones más importantes para la izquierda. Ganar, sería un enorme trofeo para el presidente Peña Nieto.
Y en esa ruta, no descartaría tres cosas: que se fortaleciera la relación del presidente del país con el gobernador Ángel Aguirre Rivero, que se invitara a regresar a los priístas que se fueron en 2011 y que se analizara una candidatura en común para ir por el PRI en el 2015. Si eso sucediera, sería un golpe devastador para el PRD. Y se cumpliría aquél adagio, de que en el pecado estarían llevando la penitencia. Los pecados contra la evolución, cuestan. Esa es la cuestión.

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