Por Francisco Javier Sánchez Cortés
El partido de la Revolución Democrática; vive como todos los partidos políticos, su proceso de selección de quien será el candidato a representarlo en la próxima contienda del 30 de enero del año próximo; donde una vez más, la sociedad definirá al primer mandatario guerrerense.
El PRD logró en la representación de Zeferino Torreblanca, un gobierno de transición en Guerrero, ajeno a aquellas prácticas caciquiles, de represión, persecución política y desaparición de luchadores sociales, periodistas y presos políticos, mismos que se atrevían a manifestarse, escribir y denunciar todos los mecanismos de sometimiento para sostener el poder, desterrando con ello 70 años de impunidad, simulación y tramite electoral al momento de elegir a los Gobernadores.
Con la existencia de una gran variedad de ideologías políticas, con la libertad de agruparse y respaldar a la propuesta política que más simpatice; las fuerzas de izquierda y progresistas de Guerrero, a través de sus dirigencias y representantes partidistas deben de definir como método de selección “Las Encuestas”. Ya que hoy, como partido al frente del orden y mando máximo del estado, no se debe de arriesgar ni experimentar en métodos de selección, ni mucho menos caer en caprichos o designación del candidato por parte de las cúpulas sin tomar en cuenta la opinión mayoritaria de la militancia y ciudadanía del estado.
Hoy debemos de definirnos por una candidatura que represente a las izquierdas guerrerenses, no debemos apostarle a un gobierno más de transición; debemos, apostar a un perfil de origen, trayectoria, amplia experiencia, de triunfos, una candidatura que se construya de la raíz al árbol, que sea de las bases guerrerenses, que tenga como principio fundamental el beneficio y ayuda a los más pobres, a las clases sociales más desprotegidas. En concreto debemos retener la gubernatura y con ello evitar el regreso de los gobiernos represores.
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