OPINION

Por Manuel Tello Zapata
 ¿Gobierno populista?

 El Gobernador del Estado Ángel Aguirre Rivero, realiza actualmente una gira por las Zonas Norte y Tierra Caliente, donde a su paso corta el listón de importantes obras que vienen a mejorar la infraestructura de esas regiones para beneficio de sus habitantes, como el puente vehicular de Ciudad Altamirano-Michoacán, que tuvo un costo de 60 millones de pesos. Aguirre Rivero también puso la primera piedra y dio banderazos de salida a importantes obras como redes de agua potable, pavimentación de calles, la ampliación de la carretera Iguala-Ciudad Altamirano, el Centro Intercultural para esta última ciudad, etc..
Al mismo tiempo, se entregaron recursos por cinco millones para el Fondo de Apoyo a Migrantes, lentes gratuitos, pólizas de seguro a periodistas, despensas, 5 millones al programa Escuelas de Calidad, certificados de electrificación e instrumentos musicales. Esto es una muestra de que el gobierno de Aguirre no es populista como lo dijo el oportunista y bocón diputado federal, Sebastián de la Rosa Peláez. Es un gobierno que construye mucha obra pública, de todos tamaños; pero que no se olvida de las necesidades inmediatas que tienen muchas familias guerrerenses; eso no es populismo sino acercamiento con la gente para conocer de cerca sus necesidades y llevar algunos paliativos, que le permiten al Gobernador tener gestos de afecto mutuo y cordialidad con la ciudadanía. Que lástima que en el PRD existen políticos negativos como De la Rosa Peláez y David Jiménez Rumbo, que elevan críticas al Gobernador porque no les cumplen sus exigencias o por mala fe. Por suerte en ese partido se está rompiendo el cordón umbilical que lo unía a Andrés Manuel López Obrador con sus ideas comunistoides y anacrónicas. Los Perredistas guerrerenses deben definirse, ser claros y decir si se van con limón o se quedan con sandía. No se vale jugar con cinismo en dos pistas para seguir lucrando en muchos de los casos. TEATRITO QUE SE CAE El ex Procurador General de Justicia, Alberto López Rosas, presentó ayer en Chilpancingo su libro que versa sobre los hechos ocurridos el pasado 12 de diciembre, cuando se enfrentaron estudiantes de Ayotzinapa con elementos de la Policía Federal Preventiva dejando como saldo tres personas muertas. Poco a poco se está cayendo el perverso y grotesco teatro barato que urdieron entre la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Gobierno Federal con el nefasto García Luna al frente; el desprestigiado grupo Tlachinollan y los estudiantes de Ayotzinapa. Estos dos últimos saben quienes mataron a sus dos compañeros, pero prefieren echarle la culpa al Gobierno del Estado para seguir extorsionando al Gobernador, sin importarles en lo más mínimo que personas inocentes se encuentren en la cárcel. Eso si: los Ayotzinapos que con su violencia provocaron la muerte de Gonzalo Miguel Rivas, el trabajador de la gasolinera, continúan burlándose de la ley con total impunidad. Las órdenes de aprehensión que liberó un Juez contra policías federales por haber disparado sus armas, a pesar de que ellos lo negaron en sus declaraciones, es una muestra de que el Gobierno de Felipe Calderón se confabuló con la Comisión Nacional de Derechos Humanos para deslindar a sus policías de los lamentables hechos; pero sus peritos hicieron una investigación con los pies: burda y a todas luces sesgada. Alberto López Rosas ha demostrado en todo momento serenidad, y la confianza en que finalmente será exonerado de toda culpa. Seguramente el absurdo juicio político que se sigue en su contra en el Congreso local a petición de la CNDH se caerá en poco tiempo ante los nuevos acontecimientos y se espera que el Gobierno de Enrique Peña Nieto reabra el caso, para que se investiguen los hechos a la luz de la razón, no de las conveniencias políticas de cada cual.

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