MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** Bernardo Ortega; la imagen del Congreso

Hace bien el presidente de la comisión de gobierno del Congreso del Estado, diputado Bernardo Ortega Jiménez, en visitar los municipios que conforman su distrito. La gran mayoría de las personas no se siente realmente representada por sus diputados. Y ante ello, es bueno que los legisladores tengan tiempo, a pesar de las múltiples tareas, para visitar a quienes un día fueron a pedir el voto. Así es. De acuerdo a un estudio de opinión realizado por Grupo RC, Respuestas Ciudadanas, de  494 entrevistados, el 87 por ciento dijo no sentirse representado por sus diputados. En pocas palabras, consideran que quienes están en las curules se ocupan de todo menos de los problemas reales de la ciudadanía.
No es para menos, el mismo estudio muestra que la imagen de los diputados fue calificada por un 41 por ciento como regular. Mientras que el 36% opinó que es mala. Como se aprecia, no se ha avanzado mucho en revertir la pésima imagen que arrastra el Congreso del Estado. 
Menos aún, cuando al preguntar a los encuestados, sobre lo primero que se le viene a la cabeza, cuando escucha la palabra diputado, la inmensa mayoría de las opiniones se cargaron hacia respuestas como: personas con representan gastos excesivos y alguien que trabaja muy poco para su pueblo.
Ante esos datos, que muestran el sentir de un sector de la población hacia la imagen y trabajo de los diputados, es bueno que el presidente de la comisión de gobierno no se escude en las múltiples tareas que tiene, y una vez que fue electo por mayoría relativa, se dé su tiempo para visitar a los habitantes del distrito 24. Esa cercanía con el pueblo le viene bien al diputado perredista, Bernardo Ortega, como también a la imagen del Congreso del Estado.
Detrás de la opinión de los 494 entrevistados, se puede entender que no se sienten representados por sus diputados, porque éstos siempre parecen servir a intereses de grupo y partidistas. Muchos de los que ocupan una curul, antes de pensar en cumplir a cabalidad con el encargo y dar resultados positivos, ya andan pensando en su futuro político.
Si hablamos de rendición de cuentas y honestidad, existe la impresión de que se cubre a los amigos y se tolera a los aliados. Que solamente al adversario político se le aprieta. Y que en suma, es un circo ese asunto de la revisión de las cuentas públicas. Eso lo percibe el ciudadano común. Como también, la falta de empeño en quienes trascienden por sus faltas a las sesiones, o por ocupar espacios en las redes sociales y medios de comunicación para ganar protagonismo.
Bernardo Ortega fue ungido como líder del Congreso y hace bien en buscar ese contacto con la gente, especialmente con los habitantes de su distrito. La apretada agenda de asuntos legislativos no es pretexto para olvidar a sus representados. Lo importante es saber si el esfuerzo que realiza alcanzará para mejorar la imagen del Congreso en los próximos dos años.
Hace falta, sin duda, un Congreso que regrese la mirada hacia la gente. Por algo el ciudadano común no se siente plenamente representado. Las sesiones itinerantes y una agenda de audiencias públicas no le vendrían nada mal a los señores diputados.
No se puede estar pensando en legislar y legislar, haciendo más leyes inútiles e inaplicables que solamente reflejan el grado de deterioro de nuestro sistema político y fracaso como sociedad. Hacen falta menos leyes y más atención a la gente. Ese es el mensaje de los 494 encuestados. Esa es la cuestión.

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