A PROPÓSITO DE LA INGRATITUD

Federico Nogueda Berdeja
Dicen que unos de sus tantos oyentes que tenía el general Porfirio Díaz Mori cuando fue presidente de la república en una ocasión le dijo: “Señor presidente, escuché hablar mal  de usted al comerciante de maíz fulano de tal”, el presidente le contestó ¡no creo! , le replico su oyente, si mi general habló muy mal de usted, volvió a decirle el presidente Díaz ¡no creo!, ya un poco frustrado el oyente le dijo: “Mire yo estaba ahí, lo escuche personalmente, para su asombro el general presidente le volvió a decir ¡no creo! Si todavía no le he ayudado para que hable mal de mí, espérate que le ayude. 


El general Díaz a pesar de todo lo que se le pueda atribuir, fue un personaje que conocía bien en detalle el comportamiento social y psicológico de ese mexicano que aparentemente ya había gestado el concepto de nación, patria y demás orígenes que dieron forma a esa identidad que después el poeta Octavio Paz lo plasmaría en su célebre libro ‘El Laberinto de la soledad’ ; otra  frase coloquial del general solía aplicarla cuando era criticado en las plazas decía: “Ese gallito quiere maiz”, así sin acento, a pesar de la educación que ya le había dado Carmelita Rubio, parecía que lo hacía para recordar sus orígenes campesinos. 

Resulta oportuno,  la nostalgia del general Díaz para ejemplificar las similitudes en la declaración pasada del senador del PRD Armando Ríos Rebolledo Piter, cuando declaró así sin ambages, fríamente que el ex  gobernador Carlos Zeferino Torreblanca “No es su padrino”, y que “Ya tiene más de tres años que no veo a Zeferino, y tengo una vida y una carrera política propia”, esto por supuesto al antecedente que le sigue al ex gobernador por el caso Chavarría. 

De esta forma, a una negación de un personaje generalmente dicen los humanistas le antecede un favor, una de las características del senador  de las cuales ya se le ha hecho muy cristalizadas es esa forma de desmarcarse de todo lo que en algún momento pueda afectarle en sus propósitos a futuro, a ese ritmo a cómo va su carrera un poco atropellada, al rato puede que niegue hasta al PRD y si a Florencio Salazar Adame que prácticamente lo inició en la Política cometiera algunos errores que no lo creo por su prudencia, no dudaría también en negarlo y decir, pues él fue el que se acercó cuando era más joven yo ni  lo veía. 

Pareciera que al senador todo poca a poco empieza a caérsele, como que va quedando sólo y confundido, Andrés Manuel no lo apoya, Marcelo Ebrard tampoco, en los Pinos ya tienen candidato en el PRI, la alianza con el gobernador es un enigma, no sabe cómo medir su lenguaje, cada vez que declara son punto menos a su aspiración, parece que ya perdió la brújula que todavía el año pasado le marcaba bien a la dirección que buscaba, ahorita nada a la deriva, se acerca a donde ve que hay tierra a donde pararse y respirar un rato, pero el problema no es de sus rivales, sino de él mismo, por su forma de apreciar a la política, no es estadista ya que no prevé nada, solo se lanza  porque cree que puede. 

Cuando algunos conocidos que simpatizan con el senador me encuentran y me dicen, que por qué lo cuestiono tanto,  en el Facebook  les digo que el problema es que el mismo da los temas para cuestionarlo, ningún reportero le dice ahora di esto o aquello, él mismo se mata, así por ejemplo en esta declaración dio tema de análisis de la Ingratitud, el mismo se personificó, el compromiso del que comunica en análisis es el de hacer reflexionar al que lo va a leer, que no le guste por sus simpatías eso es otra cosa. 

No hay una verdad absoluta, pero si hay un despertar absoluto, ese despertar no es ni bueno ni malo, verdad o mentira, simplemente es. El problema de algunos personajes es que no se han dado cuenta que son rebasados  por el despertar ciudadano, siguen pensado que caen en su juego, que son tontos, ellos son más astutos e impredecibles, pero la realidad es que no y eso en el espiral del tiempo espacio don Porfirio Díaz lo sabía, pero su ego no entendió. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario