MEMORÁNDUM

*** ¿Para qué te fue dado el poder?

Gerardo Ruano Cástulo.
Como era un hombre con altas influencias, pudo entrar con facilidad al palacio del Gobernador. Su extrema curiosidad le había llevado hasta ahí. Había escuchado en el círculo del poder, que ese día sería juzgado, quien se decía ser hijo de Dios. Uli era un feroz personaje de negocios. Tenía una enorme riqueza. Por su poder económico, gozaba de los afectos de quienes ostentaban el poder político. De hecho, sin importar quien gobernara, era bien recibido en el palacio. La guardia le conocía y tenía las puertas abiertas. Dicen, que financiaba campañas para mantener en alto el buen nombre de los gobernantes. A cambio, era solapado en sus abusos y excesos contra la población.

En el último año, tenía una intensa curiosidad, que deseaba satisfacer. Había escuchado tanto del tal Jesús, que quería saber qué opinaba de quienes eran como él. No pensaba que pudiera aportar algo para su vida, puesto que con la riqueza material y el poder que tenía, se sentía en la cima del mundo. Podía quitar la casa a alguien, hacer que le despidieran del trabajo, que le negaran servicios, en fin, disfrutaba abuzando de su posición.
Ya instalado cerca del gobernador, puso la mayor atención, entre el dialogo que sostenía con el detenido. No pasaba nada intrascendente, hasta que escuchó que Pilato, le dijo: “Qué no sabes que tengo poder para liberarte o para condenarte”. La respuesta de aquél hombre humilde y lleno de amor, le impactó a Uli: “No tendrías poder sobre mí, sino te hubiese sido dado desde lo alto”.
Fue suficiente para el abusivo personaje de negocios. Su cabeza, después de aquella frase, trabajaba de manera intensa. Llegó a casa con la idea de descansar, más no lo pudo hacer. Entró en un proceso de insomnio intenso. Después de tres días, las lágrimas rodaron y su cuerpo comenzó a relajarse. Entonces, levantó la vista al cielo y dijo la palabra que había olvidado: “Gracias”. Al día siguiente, comenzó a resarcir los daños y ayudar a la gente. Ahora sabía, que por alguna razón grandiosa, desde el cielo, le habían dado tanto poder. (Del taller de la imaginación de Juan Francisco R.)
Efectivamente, el poder es para servir. 
Para hacer algo distinto. Para influir en mejorar la vida de los demás. Creo, que ese don emanado del cielo, está siendo bien administrado por la hoy diputada federal, Beatriz Vélez Nuñez, quien además de estar convertida en una de las mujeres de mayor poder político en la entidad, mantiene los pies en el piso y se conduce con la misma humildad de siempre.
Es muy bueno, ver a personajes, como Bety Vélez, a quien, viniendo de una localidad rural, el poder le ha hecho más sensible, mejor persona. Se dice fácil, pero hoy tiene la responsabilidad de representar el interés de 5 municipios en la cámara federal de diputados, entre estos, la capital de Guerrero.
Así también, por su magnífico desempeño en el ámbito sindical, tiene la fortuna de representar, no solamente a los trabajadores de la secretaría de Salud del estado, sino a los demás empleados federados, luego de ser la líder estatal de la FSTSE.
En medio de todo esto, lo más importante, es que Bety Vélez sabe que ese poder es para hacer algo por los demás. Por eso entrega apoyos en salud, hojas de créditos a los trabajadores federados, gestiona obras de infraestructura hospitalaria, mejoras económicas, seguridad jurídica en lo laboral, toca puertas para que más inversiones lleguen al estado, se suma a posturas en bien de los Guerrerenses, como en el caso de la epidemia de Chikongunya.
En resumen, creo que Bety Vélez, si sabe que por alguna buena razón, y porque así lo reflejan sus hechos, le ha sido dado poder desde lo alto. Esa es la cuestión.

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