APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO

Por Jeremías Marquines

Los faltantes de Aguirre


Ángel Aguirre Rivero es el nuevo gobernador constitucional del estado de Guerrero. En su toma de protesta, el pasado primero de abril, delineó los ejes prioritarios de lo que será su administración: desarrollo social, económico, creación de empleos y seguridad pública; asimismo, ratificó varias de sus propuestas de campaña y se fijó algunas metas, pero tres temas de singular importancia para la realización de un buen gobierno no merecieron ninguna mención: rendición de cuentas, transparencia y combate a la corrupción.
Está claro que el nuevo gobernador sabe perfectamente cuáles son las prioridades para un estado como Guerrero, hundido históricamente en la marginación. Por eso coloca en primer lugar el desarrollo social. En este rubro, reafirmó y amplió los proyectos anunciados durante su campaña por la gubernatura. La lista de programas dados a conocer es impecable y seguramente su aplicación se notará inmediatamente en los indicadores de desarrollo estatal.
También es meritorio destacar que, al anunciar cada programa, fijara metas precisas como ampliar a diez mil el número de dependientes que reciben la pensión por vejez; a dos mil los apoyos a personas con capacidades diferentes; universalizar la dotación de útiles y uniformes para alumnos de nivel básico; incrementar las becas para evitar la deserción escolar, y crear el apoyo especial para madres solteras por medio de una fuente de empleo como lo será la confección de uniformes, entre otras. De entrada, esta numeralia social confirma una voluntad de mejorar, define metas y perfila un gobierno distinto en un rubro que durante la pasada administración no creo ningún programa de atención social nuevo, pues se conformó con administrar únicamente los programas federales existentes
Al perfilar estos cuatro ejes, es claro que Aguirre apuesta a la transversabilidad en las acciones de gobierno, y eso es un buen indicador porque se infiere que los programas estarán estrechamente vinculados entre sí para incrementar su potencial y efectividad; así se evita la dispersión y el deficiente aprovechamiento de recursos humanos, económicos y materiales. Es decir, como un ejemplo: la generación de empleo está vinculada a desarrollo social y viceversa porque el programa de madres solteras recupera a un sector productivo que ahora está inactivo, y a la vez, atiende un segmento de alta precariedad y vulnerabilidad.
Por este lado, no hay más que reconocer que don Ángel proyecta un gobierno de mejores resultados y es justo desearle que las metas que se ha impuesto pueda cumplirlas por el bien de todos.
Sin embargo, donde aún no se vislumbra algo distinto, es en lo que se refiere a la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción. En su discurso inaugural (cuya versión estenográfica nos llegó gracias al trabajo de nuestro compañero Raúl Suárez Martínez, no así a los encargados de la Comunicación “social” de Aguirre que, como lo han venido haciendo, excluyen a algunos columnistas que no son alcahuetes, de sus envíos de prensa), el gobernador no mencionó en ningún momento estos temas de suma importancia y de gran sensibilidad para los gobiernos actuales.
Es precisamente en la transparencia de la información de las acciones públicas donde se notan algunas fisuras iniciales en el nuevo gobierno. Durante semanas, inútilmente se llamó la atención sobre la opacidad con que se condujo el proceso de entrega recepción y la forma en la que Aguirre estaba recibiendo el gobierno. Hasta que por fin y, presionado por algunos reporteros, el secretario de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, se dignó a informar con mucha reticencia que la entrega recepción la estaban haciendo dos empresas. Pero nunca dijo cómo se contrataron y cuánto le van costar al erario y quiénes participaron. Nada le costaba al señor secretario, mostrar un poco de voluntad transparente que los ciudadanos hubieran agradecido y su gobernador hubiera crecido moralmente. Pero de seguro, pensó que era mostrar signos de debilidad como usualmente ocurre cuando se entiende autocráticamente el ejercicio del poder.
Creo que no le haría mal a los que estarán al frente de este gobierno entender que la democracia es el ejercicio del poder público en público. Sólo los regímenes autoritarios o totalitarios son opacos. Tomar decisiones a espaldas de la ciudadanía, es un esquema erróneo, ya que la responsabilidad pública exige un escrutinio público. Los que han incursionado por su voluntad en el campo de la responsabilidad púbica, se encuentran sujetos a su revisión. Estas premisas no deben olvidarse en un gobierno donde la gente de Guerrero ha puesto altas expectativas.
Una de las cosas por la que fue severamente cuestionado el gobierno saliente fue precisamente por su opacidad y la escasa rendición de cuentas. Estos errores crecieron hasta derivar en los bochornosos actos de corrupción que se le indilgan en la Secretaría de Salud y Educación, por mencionar ejemplos significativos. La información de gobierno no es patrimonio de algunos funcionarios privilegiados, la información de gobierno es patrimonio de las y los ciudadanos y es su obligación proveerla sin necesidad de ser presionado para ello.
Queda pues, por precisar, cuál es el compromiso del nuevo gobierno en materia de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción. En estos temas, el gobierno anterior dejó un déficit que se espera sea corregido por la nueva administración. Parte de este déficit incluye: transparentar los procesos de operación de los servicios públicos que reciben los ciudadanos. Fortalecer los mecanismos de comunicación con la ciudadanía y difundir de manera oportuna la información pública gubernamental. Promover la identidad institucional, el valor del servicio público y la ética profesional de los servidores públicos. Coordinar y establecer mecanismos para la transparencia y la rendición de cuentas. Consolidar una política en materia de información, transparencia y rendición de cuentas. Contribuir al desarrollo de una cultura de apego a la legalidad, de ética y responsabilidad pública. Institucionalizar mecanismos de vinculación y participación ciudadana en el combate a la corrupción y la mejora de la transparencia y de la legalidad. Combatir la corrupción de manera frontal. Promover una cultura anti-corrupción. Difundir las sanciones que se aplican a los servidores públicos que incurren en comportamientos ilícitos, para activar los mecanismos de sanción social. Consolidar el esquema de trabajo de los órganos internos de control para disminuir los riesgos de corrupción y opacidad en el sector público. Fortalecer y ciudadanizar los sistemas de prevención, supervisión y control de la corrupción, así como crear mecanismos que faciliten la denuncia pública contra funcionarios que incurran en prácticas ilícitas.
En este contexto, es de hacer notar, la declaración hecha en la primer gira de nuevo gobernador por Puerto Marqués donde afirmó que, con relación a las denuncias por corrupción hechas al anterior gobierno, “no habrá venganzas ni linchamiento”, y eso está bien, pero lo que si debe haber es cumplimiento estricto de la ley, y los que ocasionaron daños al patrimonio público deben recibir la sanción que se merecen. No hacerlo sentaría un grave precedente de impunidad y con ello la ruptura de las expectativas ciudadanas como pasó con el ex gobernador Zeferino Torreblanca que se negó a investigar y sancionar los actos de corrupción cometidos durante el mandato de René Juárez Cisneros y se dedicó a protegerlo, burlándose de una exigencia ciudadana. Pero aún más allá de todo esto, esta declaración de que “no habrá venganzas ni linchamiento”, contradice lo que afirmó en su discurso de toma de protesta al señalar que: “Conoceré los resultados de la Auditoría Superior de la Federación sobre el Sector Salud y con base en ellos aplicaremos la Ley con estricto apego”.
Es de todos conocidos que la ausencia de transparencia produce gobiernos de baja calidad y, por consiguiente, susceptibles de ser invadidos por una regresión autoritaria. La reedición de conductas del pasado cuando el PRI era el partido hegemónico, hoy no son funcionales. Nuevos tiempos exigen nuevas conductas y nuevas sensibilidades políticas. La razón de gobierno no debe prevalecer sobra la razón de la sociedad como ocurrió en el sexenio pasado donde el gobernante y sus secuaces mostraron pequeñez mental al considerar que aceptar y corregir errores era signo de debilidad. Los costos de esa decisión son acumulables y al final la sociedad los cobra.
LA CONTRA
No sé quien lo haya visto bien, pero al menos, en el gobierno que comienza creo que no tienen sentido común. El nombramiento de la hermana del gobernador, Rosalinda Aguirre Rivero como directora del DIF, trae a la mente de los ciudadanos imágenes nada gratas del pasado donde no había recato alguno en poner a la parentela al frente de los principales cargos de gobierno. Alguien debe de recordar por qué Alberto López Rosas fue tan visceralmente atacado por los perredistas cuando fue presidente municipal de Acapulco. ¿Acaso hoy, esa actitud, es moral y éticamente diferente? Ojalá y no prevalezca en el nuevo gobierno la cultura del háganle como quieran… El asunto del tianguis turístico no tiene vuelta. El tema se lo quitó Ángel Aguirre a Manuel Añorve. La solución de Aguirre será crear otro evento que sustituya al tianguis, con eso le habrá ganado la partida al alcalde de Acapulco y de paso legitimará ante el sector a su cuestionada secretaria de Turismo…. Dicen que a la ceremonia de asunción del nuevo gobernador no dejaron entrar a algunos reporteros qué, además, para marcar bien la diferencia, los que sí entraron, fueron segregados a un lugar apartadito. Trato distinto recibieron los acríticos y zalameros directores de seudoperiódicos que fueron sentados al frente… ¿Qué pasó con la queja que iba a poner el diputado local E-bodrio Velázquez por las supuestas irregularidades en la elección de presidente estatal del PRD?... Del Gobierno del Distrito Federal se enojaron porque dicen que no es cierto que la secretaria de Turismo de Aguirre sea recomendada y amiga del secretario de Turismo de Marcelo Ebrard, entonces ¿para qué la aclaración?... El secretario de Gobierno Humberto Salgado Gómez se ufana de que los mejores currículos y los mejores preparados ingresarán al gobierno, aquí vamos a comentar a los susodichos cuando los den a conocer, a ver si es cierto lo que dice… El que fuera contralor interno de la Secretaría de Educación de Guerrero (SEG), en el sexenio pasado, y que ahora funge como titular de la Auditoría General del Estado (AGE), Arturo Latabán López, exige al gobierno actual una liquidación de 300 mil pesos por el cargo que ocupaba antes. El oficio donde piden se pague su liquidación lo firma el más deshonesto y odiado de los funcionarios que estuvieron en esa secretaría con José Luis de la Vega Otero, el tal Jorge Sotomayor Landeta… Saludamos a Ulises Guzmán, atenta y fina persona, lo mismo que Ernesto González… Se ofrece disculpas a las y los lectores por la foto vieja del gobernador pero es que de Comunicación Social no nos enviaron la de la toma de protesta. Upssss.

1 comentario:

  1. No hay fijon...Borron y cuenta nueva...ya lo robado...robado...perdon...ya lo pasado pasado...

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