OPINION

Por Manuel Tello Zapata

UAG; Gestión de recursos

Con el objeto de gestionar un mejor trato presupuestario para la Universidad Autónoma de Guerrero, el Rector Javier Saldaña Almazán realizó una visita de trabajo al Senado de la República donde sostuvo un encuentro con los líderes de las bancadas del PRI, Emilio Gamboa Patrón y de Acción Nacional, Jorge Luis Preciado, a quienes les hizo una detallada exposición del trabajo académico que se está realizando en nuestra máxima casa de estudios guerrerense, así como de sus principales necesidades y carencias

El encuentro fue sumamente positivo porque los líderes de las principales fracciones en la Cámara alta, conocieron que la UAGro necesita de mayor presupuesto para el 2015, porque siendo la cuarta universidad pública del país en número de estudiantes inscritos, es la última en inversión por alumno y las necesidades de la juventud guerrerense cada día son mayores, rebasando el presupuesto asignado hasta ahora. Si Gamboa Patrón y Jorge Luis Preciado entendieron bien la situación, podrán impulsar y apoyar entre sus miembros de comisiones, que se destinen a la UAGro mayores recursos, algo que en mucho les agradeceremos los guerrerenses.
AHORA SI SACÓ BOLETO
Tanto va el cántaro al agua, hasta que se quiebra. El conocido refrán popular se puede aplicar perfectamente al dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio, quien se ha pasado tanto de listo que ya acumula diversas órdenes de aprehensión que serán aplicadas en su momento. La supuesta enfermedad del dirigente no es más que un justificante para su ausencia inesperada de nuestra entidad. Lo cierto es que cuando se le retiró la costosa camioneta blindada y su guardia personal que le pagaba el estado, Bruno puso pies en polvorosa, presintiendo que ya no le creían sus cuentos chinos.
Seguramente y a pesar de lo que presume, no se va a presentar ante las autoridades para responder por las acusaciones que tiene en su contra. Cuando Bruno y otros dirigentes de la Costa Chica y La Montaña decidieron formar patrullas de civiles comunitarios para combatir a la delincuencia en sus lugares de origen, comunidades asentadas en el medio rural, causaron impacto y sorpresa pero hasta ahí todo estaba bien. Los efectos fueron inmediatos y los malosos se retiraron de esas zonas.
Sin embargo, a estos comandantes comunitarios les cegó el poder y buscaron aumentarlo; querían poder, dinero y puestos políticos. En especial Bruno Plácido, demostró desde un principio una gran ambición por ser diputado local. Es por eso que se movió mucho tramitando que en sus regiones de influencia se designen a estos representantes populares por el sistema de usos y costumbres.
Bruno fue más lejos, se salió de sus áreas de influencia para crecer políticamente y trató de penetrar a Chilpancingo con sus policías comunitarios, algo que por supuesto, jamás se lo iba a permitir el gobierno, como no se permite en Michoacán. Quiso entrar al municipio de Acapulco donde tampoco le dieron chance, así que con sus huestes Bruno tomó por asalto la región de El Ocotito y Tierra Colorada, donde su gente ha cometido un montón de tropelías que configuran diversos delitos. Aseguran que su lucha es contra la delincuencia organizada pero no, van más lejos. Plácido Valerio se ha confabulado con algunos empresarios de Chilpancingo y juntos planearon que su policía comunitaria pusiera orden en la capital, donde ni siquiera las policías legalmente reconocidas funcionan, mucho menos un grupo de campesinos mal armados que no saben nada sobre técnicas policiacas en la zona urbana.
Como el Gobierno del Estado al conocer quien es en realidad este individuo, le ha retirado su apoyo, Bruno Plácido busca que lo reciba el Secretario de  Gobernación y por eso organizó una caravana, á la ciudad de México, para presionar. En la capital del país ni siquiera la gran movilización de la CNTE logró mover al Secretario de Gobernación, mucho menos un pequeño grupito no mayor de mil personas, lograría provocar un diálogo de ese tipo. 
Lo peor vino cuando este grupo bloqueó por espacio de doce horas la autopista del sol, generando muchos problemas, pérdidas y molestia entre los usuarios. La señora Miriam Peñaloza, de Iguala, transportaba en una ambulancia a su pequeño hijo Brayan Joel para que le hicieran una transfusión de emergencia en Acapulco. Pero el vehículo no pudo seguir su camino por el bloqueo de la UPOEG, y el niño falleció en la carretera. Obviamente, la señora Miriam no puede hablar bien de estos sujetos ni del gobierno que no castiga dichos hechos. Otras 17 ambulancias estuvieron varadas en el bloqueo y se ignora la suerte que sufrieron los pacientes que transportaban.
Hoy existen órdenes de aprehensión contra Bruno Plácido Valerio y otros de sus secuaces más cercanos. No faltarán quienes los defiendan, pero la ley es la ley y se debe cumplir, porque solo los delincuentes se las pasan por las hordas caudinas valiéndoles gorro esta. Pero quienes se dicen que no son bandoleros, deben respetarla como lo hacemos todos, o el castigo será rápido y seguro.

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